El nuevo Congreso de Perú queda fragmentado y con poca fuerza fujimorista

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Son en total diez los grupos políticos que se repartieron las curules parlamentarias en las elecciones extraordinarias del 26 de enero, sin que haya un apoyo rotundo al Gobierno y dejando al partido opositor de Keiko Fujimori debilitado. 

A diferencia de las votaciones de 2016, en el nuevo Congreso de Perú no habrá mayorías absolutas y el partido más votado no fue el del fujimorismo. Así comienza el renovado parlamento que solo ejercerá hasta 2021 y que fue elegido en reemplazo de la legislatura que disolvió el presidente Martín Vizcarra el pasado septiembre.

En estas votaciones se presentaron 21 partidos políticos y aunque no todos obtuvieron curul, las fuerzas se repartieron en diez de ellos. Esto contrasta con las pasadas elecciones, en las que el partido fujimorista Fuerza Popular ganó 73 de los 130 escaños y usó su poder en el Congreso para oponerse al Ejecutivo. Esta vez solo habría obtenido el 7% de los votos, lo que equivale a 12 congresistas.

En las urnas resaltó que la mayoría las colectividades elegidas son de centro-derecha, mientras que los partidos de izquierda Frente Amplio y Juntos por el Perú quedarán dentro del Congreso con un 6,1% y 5,1% de los votos respectivamente, pero con pocas curules.

La gran sorpresa fue el regreso al Parlamento después de 38 años del Frente Popular Agrícola (Frepap), el partido de la Misión Israelita del Nuevo Pacto Universal. Esta corriente evangélica, fundada por el peruano Ezequiel Ataucusi, obtuvo la segunda votación más alta (8,9%), según el conteo rápido al 100% de América TV-Ipsos Perú, que no es oficial.

El partido más votado no es de la línea del gobierno

En las elecciones de 2016, Acción Popular fue uno de los dos partidos que menos curules obtuvo quedándose con solo cinco escaños. Pero su suerte cambió en estas votaciones atípicas cuando se consolidó como la colectividad política más votada (10,1%), según el conteo rápido. 

El exministro del Interior Fernando Rospigliosi explicó que la ventaja que tenía Acción Popular era que la mayoría de sus candidatos eran nuevos en política. Sin embargo, no obtuvo las suficientes curules para hacerle una oposición tan marcada al Ejecutivo como la de la que hizo el fujimorismo en la legislatura pasada. 

Acción Popular ya era distante del Gobierno de tiempo atrás. Esa colectividad fue una de las que promovió la destitución del entonces presidente Pedro Pablo Kuczynski y criticó al presidente Vizcarra cuando cerró el Parlamento en septiembre de 2019. En ese momento, Armando Villanueva, vocero del partido, catalogó como “inconstitucional” la decisión presidencial.

Las alianzas que gana Vizcarra

En contraste, el Gobierno contará con el respaldo de dos de los otros partidos más votados a pesar de que Vizcarra no contaba con ninguna bancada que lo representara en las elecciones. Después de los comicios, uno de los nuevos congresistas de Podemos Perú anunció que apoyarán al gobierno “para que la economía pueda crecer”. Mientras que Julio Guzmán, fundador y líder del Partido Morado, explicó que suscribirán “todas las iniciativas constructivas que tenga el presidente Vizcarra” para evitar que los partidos sigan peleando entre sí.

Otro de los partidos más votados fue Alianza para el Progreso del Perú (8,0%). Al principio de la legislatura pasada, ellos votaban casi siempre en bloque junto con el partido fujimorista Fuerza Popular, aunque se alejaron especialmente después de la disolución del Congreso. La distancia se marcó horas después de las elecciones extraordinarias cuando César Acuña, fundador de la colectividad, sugirió que podrían trabajar de la mano de Vizcarra. 

Sin embargo, estos respaldos podrían no ser suficientes para que el presidente Vizcarra cuente con un apoyo mayoritario, por lo que seguirá teniendo que maniobrar para que el Parlamento apoye sus iniciativas, como explicó en France 24 el corresponsal en Perú, Francisco Zacarías. 

La pérdida del fujimorismo

Fuerza Popular, el partido político fundado por Keiko Fujimori, dejó de ser el más fuerte del Congreso. El analista Rospigliosi afirma que esa colectividad ya “estaba por los suelos” desde que se disolvió el Congreso en septiembre de 2019 y desde que Keiko Fujimori anunció que cesaría sus actividades políticas tras salir de prisión preventiva a finales de noviembre de 2019, en medio de las investigaciones por los presuntos dineros que recibió de Odebrecth. 

Otro de los partidos más afectados fue la Alianza Popular Revolucionaria Americana, conocida como el Partido Aprista, y que era uno de los aliados del fujimorismo. Por primera vez en 50 años, puede no ganar ninguna curul en unas elecciones al Congreso en las que se presenta. Esto contrasta con los cinco parlamentarios que posesionó en las elecciones de 2016, en alianza con otros dos partidos políticos.

 

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