“El político que cree que se merece todo no tiene credibilidad porque la ciudadanía de inmediato se da cuenta que esa persona se sitúa por encima de todos”, afirmó Carlos Andrés Pérez en diálogo con Mensaje 360.
Además, agregó que “la credibilidad se logra conociendo al elector: sabiendo cuáles son sus necesidades y cuáles podrían llevarlo a dejarse conducir por un líder político.”
Por otro lado, hizo hincapié sobre la importancia de conocer al rival de campaña: “Uno no conoce al adversario para opacarle o sacarle una campaña negativa, sino para ver en qué terreno se le puede ganar: dónde es menos efectivo ese adversario de conseguir al electorado.”
Durante la entrevista, el director del Centro de Análisis y Entrenamiento Político (CAEP) habló acerca de varios puntos clave tales como la credibilidad en una campaña electoral, la necesidad de formar un equipo eficaz y el rol de los medios, entre otros.
- ¿Qué tiene que tener un equipo de campaña para que se lo considere eficaz?
- Un equipo de campaña eficaz es el que hace que las cosas pasen. Ocurre mucho que en las campañas electorales se hacen estudios de opinión, se miden cuantitativa y cualitativamente, se segmenta la población, pero al final no es tan fácil que el equipo de campaña traduzca eso en trabajo real.
Entonces, lo que puede ocurrir es que las campañas se llenen de estudios, de diagnósticos, y no sean capaces de convertir eso en votos. Un equipo eficaz es el que se pone metas basadas en situaciones medibles y, a partir de eso, empieza a desarrollar una metodología de trabajo.
Si no, es un equipo que puede estar muy bien dateado, pero al final no va a estar ganando una elección. Hemos visto muchísimos ejemplos de este particular
- ¿Qué tan importante es conocer al adversario? ¿Nuestro objetivo tiene que ser debilitarlo o mostrar nuestras virtudes?
- Es supremamente importante conocer al adversario. La estrategia militar es la madre de la estrategia política y los militares, en la historia, han derrotado a sus oponentes porque los conocen.
Una campaña electoral, al final, es una guerra (en el buen sentido de la palabra) entre dos, tres o cuatro bandos y tenemos que demostrar que somos mejores que los otros. Si no sabemos qué representan los otros adversarios, muy difícilmente vamos a lograr seducir al electorado.
- ¿Los ciudadanos le siguen creyendo a los políticos o sólo basta con convertirlos en "fanáticos" a través de un discurso?
- Los ciudadanos no le creen a los partidos políticos. Hay un divorcio enorme entre ciudadanía y política; cualquier encuesta que se mire, sitúa a los partidos, a los congresos o dirigentes políticos, en los últimos niveles de la escala social.
En ese sentido, lo que hay que hacer no es convertir a la ciudadanía en fanático, sino hablar con la verdad. Transmitir la confianza suficiente para que ellos empiecen a creer en la persona y en el partido que representa esa persona.
Ojalá nosotros, en América Latina, tuviéramos la institucionalidad de partidos que hay en otros lugares del mundo. En Europa, por ejemplo, es más fácil generar credibilidad y confianza hacia instituciones que hacia personas que al final terminamos decepcionándonos mucho de ellas.
- ¿Qué opina de la siguiente afirmación "Parece que la mentira es esencial para mantener en funcionamiento una sociedad urbana y que nuestros líderes deben manejar la mentira mucho mejor que nosotros"?
- Yo no creo que la mentira sirva para mantener en funcionamiento ningún tipo de sociedad. Creo que las sociedades urbanas y rurales hoy tienen mayor acceso al conocimiento; lo que hace que si antes se podías engañar, ahora es muy difícil.
Por eso los políticos que hablen con la verdad, y tengan el sustento real de lo que están diciendo, son los que terminan enamorando a la ciudadanía. No es a través de la mentira que se logra enamorar.
Una mentira en la política, en cualquier área de la vida, pero más en la política, que está tan expuesta en los medios de comunicación, termina descubriéndose muy fácil. Un político que sea capturado en una mentira tiene pocas posibilidades de volver a figurar en la opinión pública.
- Por último; desde mi punto de vista, creo que es esencial tener a los medios de comunicación de tu lado, durante un mandato, para conservar el poder: ¿Cuál es su postura frente a esto?
- Por supuesto que tienes que tener a los medios de comunicación al lado del mandatario. Pero no es lo mismo hoy que hace unos años: antes los medios de comunicación tenían un matrimonio muy claro con algunos partidos o dirigentes políticos.
Solo aquellos sectores eran los que contaban con una ventaja para llegarle a la ciudadanía. Hoy no; a través de las redes sociales, de una comunicación de “uno a uno”, de volver a las bases, de tocar las puertas de las casas.
Los partidos, candidatos y gobernantes pueden establecer esa comunicación directa con la gente y esto podría, de alguna manera, plantearse como que se saltan a los grandes medios de comunicación y es cierto.
Ocurre así: los medios hoy corren el riesgo de ya no ser los únicos intermediarios entre los gobernantes y la ciudadanía. Eso le daba un poder enorme en el pasado y hoy ya no cuentan con ese poder.
Ese poder lo pueden tener los políticos y partidos que sepan administrarse y manejar los propios medios de comunicación.