En el marco de las complejas elecciones mexicanas, Roy Campos desarrolló su conferencia en la Cumbre Mundial de Comunicación Política sobre la posición que está atravesando su país. Dividió la ponencia en cuatro etapas: “cómo llegaron a esta etapa, cómo están, qué les espera y qué debemos hacer nosotros”.
Hizo un llamado a los políticos, estrategas, consultores, candidatos, periodistas, entre otros tantos, para “que toda actividad que hagan siempre sea protegiendo el método democrático de la vida”.
“Eso es lo único que no tenemos que romper, porque, además es lo que nos da de comer: nuestra actividad está ligada a la democracia”, expresó.
Por otro lado, dialogó en exclusiva con Mensaje 360 acerca del rol de las encuestas actuales: desde su eficacia y utilidad hasta cómo la usan los diversos actores sociales. “Hay un esqueleto de ciertas encuestas, a nivel internacional, porque no le atinaron al resultado; como si ese fuera el objetivo de una encuesta”.
- ¿Cuándo fue el punto de inflexión en el que las encuestas perdieron su credibilidad en la ciudadanía?
- La gente cree en las encuestas que quiere creer. Es como las noticias: por qué no creo en los medios o en la noticia. Porque la gente no quiere estar informada, quiere sentirse informada.
Si hay una encuesta en Twitter que dice que mi candidato está arriba, todas las demás ya no sirven. Si es cierto que hay un esqueleto de ciertas encuestas a nivel internacional porque no le atinaron al resultado, como si ese fuera el objetivo de una encuesta.
Se publican al año miles de encuestas; cada vez que alguien dice que por qué no cree me menciona tres, cuatro o hasta diez. Es como los aviones: tú te fijas en el que cae y no en los miles que siempre aterrizan bien.
La respuesta siempre es que a la gran mayoría de las encuestas les va bien; a la inmensa mayoría. La gente ve siempre la que falla y las utilizan como argumento cada vez que aparece durante años. Como referencia a que aquella falló, ya no creo en las encuestas.
- ¿Existe hoy una herramienta para saber sobre el sentir de la gente que no sean las encuestas?
- Si y no. Porque las mismas encuestas miden las encuestas. O sea, las encuestas mismas se miden la credibilidad. Por ejemplo, hace unos días publiqué algo sobre la confianza en las instituciones; entre ellas, pregunto qué tanto creen en las encuestas como institución.
Como credibilidad, las encuestas están arriba de los medios de comunicación. Se me hace absurdo cuando un político descalifica las encuestas, creyendo que a ellos les creen más que a las encuestas. Hoy en día hay un descrédito de la institución en sí.
- ¿El principal objetivo de una encuesta es anticipar el futuro o brindar resultados para cambiarlo?
- Las encuestas sirven para todo, menos para pronosticar. Te sirven para el periodismo para contar diversas crónicas o historia social contemporánea; qué harían ellos sin las encuestas.
A los empresarios, también les sirven para fijarse sobre futuras inversiones. Los estrategas las utilizan para conocer segmentos a los cuales comunicar. Los candidatos para saber sus reales posibilidades.
Tiene grandes usos para todo, no para pronosticar: el pronóstico es un asunto de un grupo que quiere descalificar la encuesta y quiere que le digan qué va a pasar, cuando la última decisión la tiene el que se presenta en la urna: la encuesta no puede saber eso.