La derrota en las elecciones para la alcaldía en Cartagena en el año 2007, para las que se posicionaba como líder de intención de voto hasta la última semana previa a la votación, removió en él toda aquella aspiración electoral. Sin lugar a duda fue uno de los golpes más duros en su carrera política, pero las ganas de aprender y entender un poco más las cuestiones públicas le permitieron salir adelante.
Sus ganas de innovar de forma constante es una de las principales características que definen a Juan Carlos Gossaín, debido a que siempre lo hace desde la óptima del liderazgo, la transformación social y la participación ciudadana.
El carácter fuerte, asociado a un nivel de exigencia profesional y laboral, es un aspecto en el que hacen hincapié las personas cercanas a él a la hora de hablar sobre su personalidad.
“Tengo absolutamente en claro que los privilegios que la política nos ofrece tienen que ser compensados por parte nuestra devolviéndolo de muchas formas; por ejemplo, cuando la gente ve a uno como un ciudadano común y corriente”, afirmó Gossaín para justificar diversas acciones que realiza.
Una de ellas es hacer fila para recoger la maleta en el aeropuerto, para entrar al cine o manejar su propio automóvil: “No me gustan los patrones del esquema de seguridad, me parece que aleja, aísla y le da una connotación diferente a la función pública. Prefiero tener un nivel de contacto con la ciudadanía muy directo”, amplió.
Él destaca a los políticos como servidores desde el aspecto público; es decir, que si les dan un espacio para servir es antagónico que terminen siendo pretenciosos o arrogantes. Además, admitió tener una personalidad fuerte y la extremada exigencia es el atributo más reconocido por sus colegas porque hace reclamos laborales de manera cruda, sin la necesidad de adornar tanto las cosas.
El amor por la política es una pasión que heredó de su padre Marún Gossaín, quien fue senador de Colombia y gobernado de Bolívar en dos ocasiones. “Cuando yo era candidato, un alto porcentaje de los votos a mi favor eran producto del recuerdo que mi padre dejó”, recordó.
Luego de aquella derrota en las elecciones de Cartagena en manos de Judith Pinedo Flórez, Gossaín cerró, para ese momento, las posibilidades de cualquier aspiración electoral. “Cuando supe de la Cumbre en Quito 2011, me fui con todo el entusiasmo del mundo y con ganas de aprender. No con el propósito de volver a ser candidato y absorber los conceptos para aplicarlos, sino para entender un poco más lo público”, comentó.
Tras volver contagiado de ideas, recibió una motivación muy fuerte por parte de su entorno y “todo lo que había aprendido en la Cumbre” lo puso en práctica para ganar la elección: “Desde el primer día hasta el último mantuve un indicador del 80% de favorabilidad, producto de lo que aprendí sobre la comunicación pública sobre los resultados del gobierno”.
A pesar de ese gran aprecio hacia el ambiente político, el exgobernador siempre destaca que nunca ha considerado a la política como su única forma de vida. Se dedicó a sus actividades o negocios y lo reconoció como un hecho que “los políticos tradicionales no saben hacer porque solo saben vivir de la política”.
Eso forma parte del legado que Juan Carlos Gossaín quiere dejarle para el mundo, no solo de la consultoría, sino de todos los aspectos vinculados con la actividad política: “Los funcionarios tienen que saber hacer otras cosas”. Con esta frase, hace referencia a la necesidad de leer, pensar y escuchar de forma adecuada.