Habló sobre el reto que que enfrentar los gobiernos a la hora de presentar una comunicación bidireccional y remarcó la importancia de segmentar los mensajes.
En el marco de la XI Cumbre Mundial de Comunicación Política, Mensaje 360 dialogó con el estratega español, Ramón Ramón, quien expuso el jueves 8 con la conferencia titulada “siete claves para conectar con la ciudadanía, convirtiéndola en votantes y voluntariado”.
A lo largo de su charla, fue desenvolviendo los siete puntos en los que hay que hacer hincapié:
- Identificar el contenido con el que interactúa la gente
- Ir más allá del like
- Generar un grupo de actiistas digitales
- Contactar a la gente de forma personalizada
- Madurar la relación
- Cuidar el tono y el lenguaje de nuestra comunicación
- Llevar la conversación a otras plataformas
“Las redes sociales no sirven para tener perfiles que te siguen de ciudadanos no las usan o que si son bots”
Además, mencionó que la comunicación debe ser bidireccional producto de la desconexión completa que existe entre la ciudadanía y los políticos. “Si le preguntas a la ciudadanía si considera importante formar parte de los procesos de toma de decisión política todos te dicen que es fundamental, más de un 93% te dice SI. En cambio, si le preguntas si hay suficiente participación te dicen, entre un 56%, que no existe la suficiente participación”, afirmó
Por otro lado, destacó que “la mayoría de las plataformas de los gobiernos están sin usuario, sin participación y que ellos invierten mucho dinero en que los ciudadanos conozcan esa plataforma”.
“Las mejores prácticas son aquellas en las que los gobiernos están siendo capaces de escuchar: de identificar posibles causas sociales o problemáticas y darles solución. No hay nada que comunique más que escuchar el caso de un ciudadano anónimo, responderle, buscarle solución y que salga ese ciudadano anónimo a contar sobre lo resuelto”.
- ¿Qué tan importante tiene que ser que los gobiernos segmenten a su población a la hora de comunicar o transmitir un mensaje?
- Hay que distinguir entre comunicación institucional y campaña electoral. A nivel electoral, el sueño de cualquier director de campaña es poder hablar directamente y a la vez con cada uno de los ciudadanos y con lo que quiere escuchar cada uno.
Hoy en día es parte de la segmentación. No es lo mismo un ciudadano mayor de una zona rural que un joven de una zona urbana: cada uno tiene sus propias preocupaciones y sus formas de comunicar e incluso lo que está dispuesto o no a escuchar.
Hasta el lenguaje de ambos casos no es el mismo. Es vital saber escuchar, entender las preocupaciones de cada sector para empatizar con esos problemas
- Durante tu conferencia mencionaste que “la tecnología nos permite saltar barreras”, ¿Cuáles son esas barreras?
- Las primeras son las barreras físicas: es decir, con la tecnología yo puedo hablar con mí madre que está en España, a diario sin ningún tipo de costo o complicación.
Lo siguiente barreras mentales: siempre se ha dicho que el marketing de la comunicación trataba de romper barreras físicas y mentales, es decir, no solo traer a clientes sino además colocarte en lo que está pensando el usuario que necesita.
Las redes sociales hacen ya que no existan barreras físicas y tampoco mentales porque estamos usando plataformas que nos permite saber lo que quiere el ciudadano en cada momento.
- ¿Qué gobierno actual usa bien las nuevas tecnologías?
- Sin lugar a duda el gobierno de Nariño. Ahí hay un referente a nivel mundial del empleo correcto de las tecnologías en los gobiernos. Ha sido capaz de entender que las tecnologías no sirven de nada si no se tiene como destinatario a la sociedad: hay que ponerlas al servicio de los ciudadanos y no a la sociedad al servicio de la tecnología.
- ¿Cuáles son las consecuencias de pensar una campaña que priorice solo las redes sociales?
- Siempre le cuento a todos los candidatos de que si tú inviertes un montón de dinero en los mejores publicistas y priorizas Facebook y por lo que sea un usuario te denuncia, Facebook te puede bloquear la página.
Hasta que lo recuperas pueden pasar tres días o se pierde completamente. De pronto, el control de la tecnología no es tuyo sino de una multinacional que está en otro país: toda esa inversión desaparece.