La distancia y hostilidad entre Argentina y Brasil no tiene precedentes. Lo que es peor.
Los dos gigantes suramericanos: Brasil y Argentina están distanciados. Sus presidentes Jair Bolsonaro y Alberto Fernández no se hablan. Las dos ex colonias de Portugal y España, ha construido en tiempo de cuarentena- cuando se requiere buscar consensos y trabajar en equipo- un muro en términos diplomático, comercial y en el sector salud, que si se mira desde el análisis de la prevención, en los tiempos que corren, puede ser catastrófico en relación de las personas contagiadas y el número de ciudadanos fallecidos.
Desde mi calidad de consultor político –hemos recorrido los dos países- este distanciamiento entre los dos mandatarios es un “juego de suma cero, en términos de gobernabilidad y liderazgo. “No se ejerce la Jefatura del Estado –ganada en las urnas con el apoyo de los ciudadanos- desconociendo al vecino histórico. Tampoco, es la forma como se lidera un país, que necesita respuestas. Y respuestas contundentes, en materia de prevención, que blinde a los ciudadanos del virus chino, pero al mismo tiempo trazar una autopista de reactivación económica entre el sector público, el sector privado, los gremios, la academia, los medios de comunicación y la comunidad rural.
En el caso particular del presiente de Argentina Alberto Fernández, en sus reuniones privadas, públicas y en televisión cita de manera continua a su homólogo brasileño Jair Bolsonaro. “Estamos viendo lo que sucede en los lugares donde se ha priorizado la economía", ha insistido. Sus palabras, recibieron la réplica desde Rio de Janeiro; “miren a nuestra querida Argentina. ¿eso es lo que quieren?
En medio de cruces de palabras, lo que se viene para argentinos y brasileños, no es nada alrededor de la calidad de vida de sus ciudadanos. De entrada, la pérdida de empleo, pobreza y explosión social parece, será la constante en el segundo semestre de 2020. Para el país del Mate y el fútbol, al economía carera 9.9 por ciento, Al tiempo que para el país de la de la samba, la economía se desplomará en un 9 por ciento.
La distancia y hostilidad entre Argentina y Brasil no tiene precedentes. Lo que es peor. En vez de tener en el horizonte una cita para aclarar las diferencias, con la llegada de la pandemia, parece ingresar a un “túnel sin salida”, algo muy similar a la obra de Ernesto Sábato. Lo que construyó por décadas entre los dos países diplomacia, confianza, trasparencia y una relación comercial fluida puede pasar de una voz de crítica de los mandatarios, a bloquear la posibilidad de trabajar en equipo frente al enemigo “invisible” del siglo XXI, como es la pandemia del coronavirus. Un juego de suma cero, en términos de gobernabilidad, que incluso en amenaza la estabilidad institucional, por la agresividad de la emergencia sanitaria. Todos sabemos cuando empezó, pero nadie sabe, cuando terminará. A propósito de este comentarios. Usted que piensa. E mail Esta dirección de correo electrónico está protegida contra spambots. Necesita activar JavaScript para visualizarla.
