Un protagonista sin espectador

Opinión
Tipografía
  • Muy Pequeño Pequeño Mediano Grande Muy Grande
  • Default Helvetica Segoe Georgia Times

¿A quiénes le hablan los políticos? A ellos mismos, a su familia, al equipo de campaña, al partido, a su círculo más íntimo o guardan sus palabras al silencio.

Durante la niñez todos estuvimos atrapados por esas maravillosas historietas, los mundos de hadas y de impresionantes superhéroes. Vivíamos y fuimos parte de cada línea dramatizada o plasmada en los ilustrados libros de cuentos, construíamos escenas en ese universo mágico lleno de fantasía que solo existía en los sueños de aquellos chiquillos protagonistas y espectadores se sus historias.

Anhelábamos ser el fuerte, la valiente e invencible que jamás pudiera ser derrotado/a o aquella princesa que aclama la llegada de su amado príncipe Azul, una realidad tan pequeña como un pitufo o unos de los enanos que acompañan y cuidan a Blanca Nieves dentro de un espacio imaginario tan grande para volar como si se tratase de una competencia contra Peter Pan por el control absoluto del cielo.

¡Mientras transcurre el indetenible proceso evolutivo de la niñez a la adolescencia, por principio de gravedad vamos atrayendo ese personaje irreal hacia la realidad en la cual transcurre su desenvolvimiento, cada uno quiere ser sí, Yo quiero ser, el personaje principal de mi historia y de mi fabula!

La cultura de los pueblos es alimentada por esas historias construidas a través de los años, encarnada en personajes pintorescos revestidos de cotidianidad, marcando determinado espacio de tiempo.

La tarea de cualquier personaje es lograr conectar con las emociones a sus espectadores través de la historia que interpreta o relatan y hacerlo parte de esta.

Desde épocas memorable el hombre a través del uso de la palabra daba forma a sucesos de los antepasados a manera de cátedra, como vía para la interpretación de determinados hechos. La política, como actividad humana, no está excluida en la construcción de su narrativa, cada proceso o contienda electoral es una historia contada desde otra perspectiva.

Cada uno cuenta la mejor versión de su historia, cada político trata de construir la versión mejorada, algunos juegan a ser seres sobre dimensionado como si fuese un capítulo de alguna novela de la mitología griega.

Las sociedades a diario escriben las líneas para un nuevo relato de su historia y esperan que sus personajes resuelvan la trama. Los ciudadanos impacientes esperan como protagonista a sus políticos, identificado con su imaginario colectivo, con similitudes a ellos.

La ausencia de los políticos en su historia tan ajena y distante de su electorado, tan desconocida como si no fuese de ellos, ¿A quiénes le hablan los políticos? A ellos mismos, a su familia, al equipo de campaña, al partido, a su círculo más íntimo o guardan sus palabras al silencio como si se prepararan para escenificar a Charles Chaplin.

Se podría considerar un error de Fondo o de Forma, una deficiencia de adaptación. Queremos invitar a los ciudadanos a que sean parte de la narrativa de cada político, cuando el interesado debe ser el político en ser parte en la historia de la gente.

A lo lejos podemos observar un enorme escenario vacío, a oscura y a simple vista notamos a los políticos intentando hacer el mayor de los esfuerzos en termino de actuación para impresionar a quien brilla por su ausencia.

Debido a la incompatibilidad entre la clase política y el electorado, esto da como resultado una desconexión, que se puede apreciar en los niveles de apatía, desinterés y abstención del voto cada vez mayor, donde la recurrencia al monólogo como una alternativa para tararear lo aprendido del libreto a la esperar de alguien.

Mientras estemos actuando sobre líneas divisoras tendremos: unas taquillas que no compran, ciudadanos ausentes y políticos incapaces de tener un papel protagónico

Pin It