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ActivistaZ: El activismo en la generación Z

Opinión
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Por Mariano Berro: Coach Ontológico, especializado en entrenamiento de líderes y equipos. Consultor Político con experiencia en diferentes procesos latinoamericanos.

Los votantes del futuro y de la actualidad (algunos ya han votado mezclándose con los millenials), vienen más activistas que nunca.

Los más jóvenes se muestran identificados y se mueven tras causas sociales destacándose entre sus prioridades dos grandes áreas: la justicia social y el cambio climático.

El miedo a expresarse logró y sigue logrando inhibir a muchas personas de otras generaciones especialmente en temas políticos. Este hecho incluso se traduce en los datos que muchas personas le brindan a las encuestadoras demostrando el significativo número del “voto vergüenza”, donde no solo no se animan a decir su preferencia, sino que en muchos casos mienten.

Hagamos un ejercicio de memoria: ¿Cuántas veces le han preguntado a alguien, a quién vas a votar?

Y en ese preciso instante empiezan a hacer un gran preámbulo o lo justifican automáticamente al final de anunciar al candidato. Es esa incomodidad y miedo a decir simplemente un nombre y un apellido que los hace tener la necesidad justificar cuando la pregunta no incluye el motivo.

 Pero esta generación se anima a decir lo que siente, sin tanta vuelta. No buscan la confrontación, buscan decir lo que piensan y se sienten sin miedo alguno.

 Defienden su forma de pensar siendo consecuentes con sus acciones. En esa búsqueda de justicia social se abrazan para defender los derechos como el matrimonio igualitario, el acceso al aborto. Muchos temas que eran un tabú, con ellos dejarán de serlo. Por suerte.

 Otro tema que realmente les preocupa y ocupa es el cambio climático. Se identifican con el respeto y cuidado al medio ambiente y van tras acciones que ayuden a aliviar al planeta del calentamiento que sufre.

 Los protagonistas de esta generación están empezando a ver en las Organizaciones No Gubernamentales (ONG´s) y fundaciones, un camino para poder involucrarse en causas sin tener que ingresar en el terreno de la política.

 Para la política esto conlleva un enorme desafío. Encontrar la manera de poder involucrarlos, de captarlos y sobre todo, de retenerlos. 

 ¿Vamos a seguir creyendo que los tenemos involucrados porque se conectan a un vivo de Instagram?

La forma de vincularse, de conectarse, de comunicarse, de hacer comunidad hace tiempo viene cambiando. Pero a veces la política parece como la canción de Shakira, sigue siendo ciega, sorda y muda.

Muchas veces se elige el camino fácil justificando que los jóvenes eligen no sumarse a actividades presenciales o que no se involucran. Estos chicos tienen un formato híbrido. Cuando se sienten parte y ven que las acciones que plantea una organización o un colectivo se llevan a cabo, se meten de lleno en ambos formatos.

La política en este tema tiene tres grandes desafíos  de cara a captar, involucrar y sobre todo, mantener a estos chicos. Hacerlos parte del cambio, la autenticidad y la acción.

 

  • Para esto debe generar espacios donde se puedan integrar de la mejor manera diferentes generaciones provocando un intercambio transformador.

 

  • La política, al igual que las corporaciones, las empresas, la educación deben hacerlos parte del cambio. Ellos son protagonistas de esta nueva era que ya empezó a suceder y no pueden estar fuera de las nuevas formas y nuevos métodos pensando en el futuro. En algunas áreas como en la educación ya estamos tarde y se vive la llamada brecha digital.

 

  • Estos nativos digitales están obligando a las empresas a transformarse e involucrarse de manera diferente con la comunidad. La política debe tomar consciencia de la necesidad de cambios profundos desde ayer.

Hoy en el mundo se habla de la escucha organizacional en redes sociales. Se trata de generar espacios que se terminen transformando en comunidades pero no solo de índole digital.

La generación Z se puede conectar a un vivo, una charla, muchas veces por compromiso y muchas otras por esa ansiedad que tienen de expresarse. Su involucramiento por las causas justas y necesarias, hacen que aprovechen ese canal para poder escuchar y dar su punto de vista aportando algún valor. Pero en general son acciones puntuales, eso no les genera nada más que una oportunidad de plantear lo que sienten.

¿Quiénes mejor que ellos para que nos ayuden a entender cuáles son los mejores medios y formas para poder involucrarlos?

 Estos chicos nacen siendo generadores de su propio contenido valorando aún más el contenido auténtico, lo real dentro de lo virtual. Mostrarse como son realmente a través de lo que se hace, dice y piensa. Y lo comunican de la manera más natural posible.

Los gobiernos, la política y los partidos han perdido y siguen perdiendo credibilidad porque las formas tradicionales de hacer política están lejos de lograr el efecto deseado.

 La participación ciudadana consiste en el involucramiento activo de los ciudadanos en los procesos de toma de decisiones públicas que tienen repercusión en sus vidas. Tanto políticos como gobiernos muchas veces recuerdan únicamente la participación cuando se acerca una elección. Pero también es responsabilidad nuestra hacernos el espacio y luchar para que gobiernos, partidos y líderes sean más conscientes de que hay que abrir las estructuras al servicio de la ciudadanía.

Sin dudas el futuro de esta generación que traerá cambios sorprendentes al mundo es responsabilidad de todos. Participación, autenticidad y acción.

 

 

 

 

 

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