Escribir es doloroso. No lo veía así porque siento un enorme placer al hacerlo. Pero es claro que en tu teclado o tu pluma queda mucho de ti cuando escribes con un gran esfuerzo por ser leído y creo que es mucho más el esfuerzo que debes hacer cuando escribes, para ser escuchado.
La construcción de un buen discurso político, entendido no solo como la intervención ante un público, sino como un relato que será la plataforma a partir de la cual te vas a conectar con los ciudadanos; demanda mucho más que palabras bonitas, genialidades del momento o un vulgar copiar y pegar.
La gente no es tonta y en tiempos de tantos políticos sólo de imagen, selfie o frases copiadas, es capaz de percibir a la larga, cuando un líder se queda sin discurso, bien sea porque este es liviano o porque no es capaz de lograr esa necesaria interconexión de los temas con una mirada holística e integral como lo demandan las soluciones tangibles en clave de política pública responsable.
Comparto 13 consejos que considero prácticos a la hora de escribir un discurso político:
1. Trate de escribir para hablar y no escribir para ser leído. Ponga en su mesa un espejo y trate de verse a sí mismo repitiendo lo que escribe para no caer en la trampa de escribir muy bonito, pero sin entender que va a ser visto, escuchado, olido y hasta palpado por el público.
2. Identifique claramente cuál es el objetivo de su intervención. ¿Qué quiero que sienta mi público? ¿Qué acciones me gustaría detonar en las personas que me vean en acción?
3. Su cuerpo comunica un 75% de lo que va a decir por eso es clave conocer muy bien las habilidades de comunicación corporal y las áreas de mayor atención que tiene su rostro y cuerpo para poderlas aprovechar y apalancar la recordación en la construcción del texto.
4. Hoy se acabaron las palestras, tarimas y lugares donde el público no tiene acceso. Hoy el ciudadano quiere que le hablen en horizontal, por eso evite frases o expresiones impositivas e incluya en su texto: preguntas, interpretaciones, expresiones que dejen algo a la imaginación y la opinión de quienes lo escuchan.
5. No hay una manera más memorable de escribir un discurso que acudir a las historias, a las buenas historias, esas donde usted relata desde su propia experiencia y los que lo vean o escuchen se sientan sujetos potenciales de vivir o haber vivido lo mismo.
6. Trate de redactar frases cortas y muy contundentes, sin explicaciones largas o demasiadas pausas entre sí.
7. Si va a escribir sobre hechos racionales trate de simplicarlos a la comprensión del público, Use cifras redondeadas, use fuentes conocidas, haga comparaciones con cifras, por ejemplo: Son casi 12 mil dólares los que vale una vivienda, por eso un 5% que logremos arrancar de los corruptos vamos a lograr darle una vivienda digna a más de 1.200 bolivianos.
8. Los primeros 20 segundos de su discurso son claves para cautivar y enamorar a quien lo escucha. Evite saludos protocolarios salvo que sea obligación o alusiones irrelevantes. Como una buena película, un best seller o una serie arrasadora, atrape de entrada a sus audiencias.
9. Entre varios temas expresados dentro de un mismo discurso, recuerde que las personas podrían desconectarse o quisieran conectarse de nuevo, y de la forma como se dé ese inicio de un siguiente tema y de la forma como construya sus frases, dependerá que usted re capture la atención de la gente.
10. El silencio debe planificarse y es saludable escribir también las pausas, los silencios, los momentos en los cuales se va a permitir que las audiencias se detengan y procesen lo que estás compartiendo.
11. Visualice su cuerpo en expresión por cada frase y parlamento. ¿Cuál es la posición corporal más adecuada? ¿Qué posición de mis brazos, mi cuerpo, mi rostro, mi mirada, si debo estar sentado, de pie, con el público?
12. Escriba corto y directo. Lo breve si es bueno, es dos veces bueno.
13. Apóyese en videos, audiovisuales y apoyos gráficos que permitan la complementariedad, comprensión, ilustración y recordación de lo que escribe y conecte sus textos a estos apoyos.