Un país inmerso en un profundo caos; las crisis comunicacionales tanto del gobierno como de la oposición han sido notorias y de mucho seguimiento por parte de organismos multilaterales y líderes mundiales debido a la delicada situación en la que viven los habitantes de éste (mi) país.
La comunicación de crisis en Venezuela ha sido vista como una comunicación hiperactiva, todos los días sucede algo, todos los días son noticiosos y todos los días vemos qué hacen y qué dejan de hacer los actores políticos ante los problemas del país.
Sin elogiar al régimen venezolano, el cual considero (al igual que la inmensa mayoría del país,) un gobierno culpable de los males que aquejan la Venezuela de hoy y con demostrada incapacidad para solucionarlos, tengo que reconocer que han sabido asesorarse, utilizando fórmulas de marketing político muy bien diseñadas, así como también la forma y el timing para gestionar las crisis que se les presentan. Sin embargo, al parecer nunca tomaron en cuenta que no importa manejar bien la comunicación de crisis si no se ocupan de solucionar el problema que la originó, ya que la misma volverá una y otra vez, consiguiendo con ello el que nadie les crea ni sus palabras ni sus acciones. En resumen, tienen buen manejo comunicacional en materia de crisis pero no solucionan los problemas para que las mismas no se repitan, ha sido tanto el tiempo usando este esquema que ya perdieron toda credibilidad, es imposible recuperarla.
Ahora bien, hablamos de las graves faltas del régimen, ahora veamos las carencias en la oposición. Muchos políticos opositores en Venezuela han demostrado una deficiente gestión de crisis, hemos visto como omiten información o se contradicen entre discurso y accionar, incluso han llegado a dejar pasar períodos superiores a los 3 días luego de sucedida cualquiera de las crisis que se les han presentado, creando en la población sensaciones encontradas con respecto a estos líderes y sus capacidades políticas. Lo irónico de todo esto es que las múltiples crisis en la oposición, en la mayoría de los casos, son producidas por agentes internos, y en lugar de allanar el camino, más bien dificultan la estrategia que pueda tener Juan Guaidó, desgastándolo, perdiendo conexión con las masas, haciéndolo vulnerable, aunque para fortuna del momento TODAVÍA, repito, todavía se puede corregir.
Ojalá y el problema político venezolano fuese solamente la mala gestión de crisis por parte de los actores que tienen en sus manos el destino de millones de venezolanos, no es así, el problema es muy complejo, va más allá de esto, ya que conozco el monstruo por dentro puedo condensar al decir: “El régimen está buscando hacer política a lo externo y utilizar la fuerza a lo interno, mientras la oposición hace exactamente lo contrario, buscando la fuerza a lo externo y haciendo política a lo interno”. ¿REALPOLITIK? Lo dudo mucho, pero tengamos algo claro: Mientras el factor comunicacional siga así permaneceremos en una situación de estancamiento, esto es algo que trae como consecuencia (en términos político-estratégicos) un aumento lastimosamente inequívoco en la distancia para lograr solucionar lo que todos estamos esperando.
Paradoja conmunicacional en Venezuela
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