Con la muerte de la Reina Isabel II, el pueblo británico se enfrenta a un interrogante desconocido para ellos: saber cómo llevará el Reinado el heredero de la Corona, con un carácter muy diferente al de su antecesora y una popularidad inferior, Carlos III deberá hacer frente al mayor desafío de su vida.
A diferencia de su madre, el Rey Carlos III tiene fama de oponerse al Gobierno y de expresar sus propias opiniones políticas, al nuevo Monarca se le conocen distintas miradas políticas y preferencias sobre temas particulares, siempre estuvo cercano a causas como la ecología y el cambio climático, ha tenido diferencias públicas con distintos dirigentes del Partido Conservador en esos puntos.
La cadena BBC le preguntó en 2018 al por entonces Príncipe Carlos si seguiría siendo tan directo con sus opiniones al asumir la Corona, a lo que respondió
“No soy tan estúpido. Soy consciente de que ser rey conlleva un deber distinto”.
En el año 2015 se supo que Carlos enviaba cartas en el 2004 con opiniones de diversos temas al Premier británico de ese momento el Laborista Tony Blair, con quien Carlos tenía una cordial relación, esta investigación reveló que en una de las cartas el por entonces príncipe le pedía a Blair que retrase la implementación de una norma de la Unión Europea.
Según informó el diario The Times, el último escándalo de intromisión política se dio durante este 2022, El entonces Principe Carlos había cuestionado al gobierno de Boris Johnson cuando calificó en privado de"espantoso" el plan del Gobierno conservador de enviar a Ruanda a los migrantes llegados al país de forma irregular y que solicitaban asilo.
Las élites británicas estaban muy preocupadas por el momento en que Carlos llegase a ser rey, básicamente por la duda sobre si sería capaz de evitar injerencias en la política y no calificar públicamente las decisiones del ejecutivo.
A pesar de no poder opinar abiertamente sobre política, la Reina Isabel II hizo saber siempre mediante sus colaboradores lo mala que fue su relación con Margaret Thatcher y con Tony Blair, los dos líderes políticos más importantes del Reino Unido en los últimos 50 años.
Con la líder Conservadora Margaret Thatcher la relación nunca fue buena. Isabel II desaprobaba las políticas de la entonces Primera Ministra tanto en lo político como en lo económico, consideraba a Thatcher como una persona políticamente “indiferente y conflictiva”, la calificaba socialmente como “divisiva”.
Según lo que declaran colaboradores de la Reina, la líder Conservadora fue quien más logró sacar de sus casillas a Isabel II durante todo su reinado. Unas de las mayores diferencias entre ambas era que la Reina consideraba "excesiva" la falta de atención de Thatcher hacia la clase media y hacia los más humildes de la sociedad británica.
En 1983 la Reina mantuvo a Margaret Thatcher de pie durante toda una audiencia para mostrarle su desagrado por no haberla informado de la invasión de la Isla de Granada. Cuando Thatcher dejó la política la Reina le dio una segunda oportunidad y la relación personal entre ambas mejoró, Isabel II asistió personalmente al funeral de la ex Primer Ministra en 2013, un acontecimiento excepcional y que no sucedía desde el fallecimiento de Winston Churchill en 1965.
Mientras que el Laborista Tony Blair se convirtió en 1997 en el primer político nacido durante el reinado de Isabel II en llegar a ser Primer Ministro. Una brecha generacional que condicionó la relación entre ambos y no justamente para bien. Blair fue el Primer Ministro inglés quien bautizó como “la Princesa del pueblo” a Lady Di durante sus funerales, lo que significó una cruz eterna por parte de la Reina al líder laborista. Fue Tony Blair quien personalmente y salteándose todos los protocolos le recomendó a la Reina Isabel II que dé un discurso durante los funerales de Lady Di y que se dirigiese directamente a los británicos hablándoles “de corazón”.
El líder laborista demostró tener en el gobierno una personalidad distinta a la de sus antecesores, fue él quien decidió sin previo aviso modificar el día de reuniones semanales, trasladando del martes al miércoles sus reuniones con la Monarca, modificando la agenda de la Reina Isabel II por completo. La sociedad británica en general entiende que Tony Blair fue quien más contribuyó a que la monarquía recuperase su popularidad, quienes conocieron a Isabel II afirmaban que "a la Reina no le gustaba estar en deuda con él, pero sabía que lo estaba".
Desde el entorno de La reina Isabel II siempre dejaron claro que las diferencias con Thatcher eran solamente políticas, precisamente económicas pero no existían diferencias personales, La Reina siempre respetó a la Premier conservadora. Mientras que con Blair ocurría lo contrario, en esta relación sí existía una afinidad política entre ambos, pero había una distancia personal, para la Monarca el Primer Ministro tomaba decisiones inconsultas, salteándose protocolos y con exceso de confianza.
En la actualidad, el Rey Carlos III deberá abordar en el principio de su reinado los 2 años de mandato que les quedan a los Conservadores, quienes debido a la crisis política debieron cambiar de líder. “el momento que tanto estaba temiendo ha llegado” fueron las palabras que el nuevo rey le dijo a la Primera Ministra Liz Truss sobre el cambio en la Corona.
El flamante Rey tendrá la oportunidad de expresar sus puntos de vista políticos en las reuniones privadas con la Primera Ministra Truss, ejerciendo su trío de derechos que le permite la Constitución inglesa, el Rey puede ser consultado, incentivar y advertir.