Elecciones municipales en Brasil: la centroderecha derrotó al bolsonarismo y a la izquierda

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El “centrão” ratificó los buenos resultados de hace unas semanas en la segunda vuelta de las principales ciudades del país, incluidas San Pablo y Río de Janeiro. El PT queda sin presencia en los grandes núcleos urbanos por primera vez desde el retorno de la democracia a principios de los 80.

Las fuerzas de centroderecha que buscan una alternativa a la polarización entre el presidente Jair Bolsonaro y el líder socialista Lula da Silva gobernarán la mitad de las capitales regionales del país, según los resultados de la segunda vuelta de las municipales de este domingo en Brasil.

El fortalecimiento de estas formaciones coincidió con las duras derrotas sufridas tanto por los candidatos que recibieron apoyo del líder ultraderechista como de los aspirantes postulados por el Partido de los Trabajadores (PT) de Lula.

Los tres partidos de centroderecha más tradicionales del país, que ya habían conquistado la alcaldía de cinco capitales en la primera vuelta el pasado 15 de noviembre, obtuvieron este domingo otros ocho gobiernos de capitales regionales, incluyendo los de San Pablo y Río de Janeiro, considerados las joyas de la corona.

En total acumulan 13 de las 25 capitales regionales en que fueron elegidos alcaldes en las municipales de este año, ya que Brasilia no tiene alcalde por contar con un gobernador, y a que las elecciones en Macapá fueron aplazadas debido al apagón de veinte días que afectó esa ciudad.

Las otras 12 capitales se las distribuyeron ocho partidos.

Las fuerzas vencedoras son el Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), del expresidente Fernando Henrique Cardoso (1995-2002); el Movimiento Democrático Brasileño (MDB), por muchos años la mayor fuerza electoral del país y que lidera el exmandatario Michel Temer (2016-2018), y el liberal Demócratas (DEM), uno de los mayores vencedores en las municipales de este año.

En San Pablo, el mayor colegio electoral del país con nueve millones de votantes, se cumplieron las proyecciones de las encuestas con la victoria del actual alcalde Bruno Covas, del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB, centroderecha). Nieto del histórico político Mario Covas, cuenta con el aval de su antecesor y actual gobernador del estado homónimo, Joao Doria, quien se ha alzado como el principal rival político de Bolsonaro dentro del campo conservador.

Fue reelegido con un 59,3 % de los votos, lo que supone una amplia ventaja frente al profesor universitario y líder de los sin techo Guilherme Boulos (40,6 %), quien hoy no pudo ir a votar tras dar positivo por coronavirus en la recta final de la campaña electoral. Boulos, de 38 años, se ha alzado como la principal voz de la izquierda en Brasil tras llegar al balotaje de la mano del emergente Partido Socialismo y Libertad (PSOL), formación surgida en 2004 tras una purga promovida por el PT, y ha asumido una parte del protagonismo que durante décadas ha tenido Lula dentro del campo progresista.

En Río de Janeiro, la Alcaldía recayó en manos del ex alcalde Eduardo Paes, quien obtuvo el 64,11 % de los votos tras recibir el apoyo crítico de un variopinto grupo de partidos tanto de izquierda como derecha que tienen en común su animadversión al presidente Jair Bolsonaro. Crivella (35,89 %) contaba con el aval del líder de la ultraderecha brasileña, quien tenía sus cartas puestas en Río de Janeiro tras el varapalo sufrido en la primera vuelta por los candidatos bendecidos por él.

Bolsonaro, quien se encuentra sin formación tras haber abandonado el año pasado el Partido Social Liberal (PSL) por divergencias con sus líderes, transfirió su apoyo público a un total de 13 aspirantes, de los cuales 11 fueron derrotados en las urnas. Además de Río de Janeiro, el “bolsonarismo” también cedió este domingo en Fortaleza (nordeste), donde Wagner Sousa Gomes, conocido como el “capitán Wagner”, perdió por un estrecho margen.

Por contrapartida, el partido de Lula sufrió derrotas en las dos grandes ciudades en las que aún tenía posibilidades este domingo y por primera vez estará ausente de las alcaldías de capitales regionales de Brasil desde 1985.

Otros formaciones de izquierda tuvieron mejor desempeño, como el Partido Democrático Laborista (PDT), que gobernará dos capitales; el Partido Socialista Brasileño (PSB), con otras dos, y el emergente Partido Socialismo y Libertad (PSOL), que hoy venció la alcaldía de Belén.

 

DESCALABRO DEL PT Y DEL “BOLSONARISMO”

El PT, que ya gobernó por dos veces a San Pablo, había alcanzado un récord de nueve capitales en 2004, en el segundo año del mandato presidencial de Lula (2003-2010). Los resultados ponen en evidencia el descalabro del PT, que se saldó como uno de los grandes perdedores de esos comicios municipales, tras haber sido considerado por muchos años como el principal referente del campo progresista de Brasil.

La formación izquierdista no consiguió frenar su declive y, por primera vez desde la democratización de Brasil en los años 80, no ganó en ninguna de las 26 capitales estatales. Solo gobernará en unas 180 alcaldías (de las 5.570), poco menos de un tercio de las 600 que tenía en 2012.

Igual descalabro sufrieron los candidatos apoyados por Bolsonaro, que, sin formación desde que abandonó el año pasado el Partido Social Liberal (PSL) por divergencias con sus dirigentes, manifestó respaldo explícito a 13 candidatos, de los que 11 fueron derrotados.

Los únicos considerados “bolsonaristas” que vencieron las elecciones en capitales regionales fueron Tiao Bacalom en Río Branco y Lorenzo Pazolini en Vitoria. Pero mientras que el apoyo del presidente a Bacalom fue bastante tímido, Pazolini pasó toda la campaña negando que compartiese ideas con el líder ultraderechista.

Los resultados privan a Bolsonaro de base sólida en esos distritos, pero “eso no significa que en [las presidenciales de] 2022 no haya una fusión de Bolsonaro con los partidos derechistas”, señala Flávia Biroli, politóloga de la Universidad de Brasilia.

Las tres fuerzas que gobernarán la mitad de las capitales rechazan la polarización del país entre la ultraderecha de Bolsonaro y el izquierdismo de Lula -que generó una gran radicalización en las presidenciales de 2018- y desde hace varios meses vienen negociando una candidatura alternativa de centro para la presidencia en 2022.

En estas conversaciones han participado el gobernador de Sao Paulo, Joao Doria, uno de los principales líderes del PSDB y que no oculta su deseo de suceder a Bolsonaro; el presidente de la Cámara Baja, Rodrigo Maia, importante líder del DEM, y destacadas figuras de centro señaladas de “presidenciables” como el exministro y exjuez Sergio Moro y el presentador de televisión Luciano Huck.

Los alcaldes, que asumirán sus funciones el 1 de enero de 2021 por un periodo de cuatro años, deberán enfrentar gigantescos desafíos en materia de seguridad, transporte o educación con las arcas vacías por la crisis, que solo se espera empiece a amainar cuando aparezca una vacuna.

Bolsonaro, que votó en Río, aprovechó la ocasión para reiterar sus dudas sobre la confiabilidad del sistema de voto electrónico vigente en Brasil. “No podemos seguir votando sin tener la seguridad de que el voto fue para la persona [indicada]”, declaró. Las campañas de desinformación en las redes sociales se focalizaron este año más en el proceso electoral que en los candidatos, contrariamente a lo ocurrido en la presidencial de 2018.

(Con información de EFE y AFP)

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