El consultor argentino Daniel Ivoskus, presidente de la Cumbre Mundial de Comunicación Política, estuvo en Ecuador para presentar una maestría de liderazgo, que afirma es el tema que se ha tornado algo fundamental luego de la pandemia, para construir liderazgos que no sean efímeros en el tiempo y que puedan tender puentes. El también político (fue diputado en la provincia de Buenos Aires) y analista habló en su estadía sobre el escenario político actual de la región.
¿Cómo explicar divisiones como “la grieta” argentina en nuestros países?
La sociedad argentina y “la grieta” no es muy diferente a lo que vemos en Ecuador, de si estás a favor o contra de Correa; en Estados Unidos, si estás a favor o en contra de Trump; en México el dilema es sí o no López Obrador; en Brasil estamos viendo lo de Bolsonaro y la reaparición de Lula. Todos necesitan figuras que hagan contraposición; cuando las hay, esta polarización termina siendo un negocio para cualquiera de los dos extremos, por eso radicalizan estas posturas.
El problema que vivimos en la actualidad es que no hay matices, no hay grises, y eso termina perjudicando, porque inhabilita propuestas interesantes que puedan venir de un lado o de otro. Los extremos son negocios para que se siga sosteniendo “la grieta”, y con ellos no puede aparecer alguien del centro.
Y en este escenario, ¿cómo romper esa polarización?
Es difícil, porque para romper (la polarización) se tendría que caer en uno de los extremos... (Ahí) puede surgir algo en el medio. Por ejemplo, en el caso de Colombia es Petro versus Uribe. Ahora, si el candidato que ponga Uribe termina siendo tercero y no va a la segunda vuelta, el candidato del centro es el que le puede ganar a Petro. Ahora, si el dilema va a ser Uribe o Petro, es muy probable que por primera vez en la historia la izquierda gobierne Colombia.
¿Por qué aparecen?
Son modelos de sociedad que generan contraste. Esto tiene que ver con las campañas también y con las decisiones cuando uno llega a gobernar, la construcción de la mayoría diaria y el confrontar permanentemente es una manera de acumulación política... en ese escenario el sistema político la va alimentando (la grieta).
¿Cómo pueden influir en la región las elecciones de este año en Costa Rica, Colombia y Brasil?
Es interesante la pregunta, porque se está partiendo de un análisis erróneo, en términos generales, cuando se dice “la región está yendo hacia la izquierda”. Yo creo que hay un análisis más profundo que hay que hacer, de que la pandemia no solamente ha generado un desastre y una pérdida irreparable de seres humanos, sino que además ha golpeado a todos los Gobiernos. (En) las siete elecciones presidenciales en que fue el oficialismo a elecciones perdió, le fue mal.
Los liderazgos fuertes consolidados han superado también la lógica de los partidos e ideologías.
¿Qué tipo de liderazgo prevalece en nuestros países?
En campaña, campañas de contraste y de consolidación del electorado. Hoy: un líder que logre construir a partir del contraste, que es diferenciación y distinto a lo que más del 50 % de la población rechaza. Aquí es el que capitaliza ese rechazo. Después es conectar, construir un sistema de comunicación, poder liderar esa ofensiva contra esa campaña de contraste, es poder calibrar bien el mensaje. Y quien logre construir a partir de la autenticidad y la cercanía confianza, credibilidad, reputación, hoy en tiempos de incertidumbre, como el que vivimos actualmente, claramente saca ventaja sobre el resto.
¿Qué requerimientos se exigen a los líderes políticos tras la pandemia?
En primer lugar, perder el miedo. La pandemia les dio miedo a todos los líderes políticos... La primera enseñanza es saber administrar en escenarios de incertidumbre. La segunda, que hay que tratar de incentivar acuerdos más amplios. La tercera, que manda la sociedad y no los dirigentes. No ordenan la oferta electoral los candidatos, sino la demanda, la sociedad; y como la sociedad cambió los usos, las costumbres, los consumos, las necesidades, las prioridades, debe cambiar también la comunicación política y la política. El que no interpreta que debe asociar lo que pasa en la sociedad con su manejo político y orientarse fundamentalmente asociado a esto, tiene problemas, porque cambió la sociedad. Y alguien que trabaja y quiere que la sociedad lo acompañe y apoye en Gobierno, y también cuando hay una elección, debe saber interpretar estos cambios.
También cambiaron los formatos comunicacionales. Es todo más simple, cambiaron las prioridades, aparecen nuevos canales... (Se debe) tener una estrategia para enfrentar estos procesos; pero, por supuesto, hay que estar en todos lados: ya no elige ese líder por dónde te quiere hablar, ahora la sociedad elige por dónde te quiere escuchar... y vos tenés que estar en esos lugares, porque si no vas cerrando pequeñas audiencias.
¿Qué asociaciones se pueden dar con los posibles resultados de las elecciones de este año en la región?
Sí, claramente empieza a haber alianzas geopolíticas entre sectores que a priori piensan en común. Pero alguien de la izquierda como Boric ganó en Chile y condenó el tema de Venezuela. Entonces, todo tiene matices y está muy bien que sea así, porque me parece que eso va a dar fortaleza a la región y no va a permitir que pase cualquier cosa.
¿Los resultados que ha dejado esta pandemia han hecho que la polarización se suavice o todo lo contrario?
Todo lo contrario. La pandemia ha hecho, sobre todo cuando hay Gobiernos débiles, que (resalte) quién es más opositor de todos, y para serlo tenés que hacer contraste y polarización extrema. Por ejemplo, vamos al caso de Colombia. Sería difícil que alguien que pondere el Gobierno de Duque pueda ganar la elección, porque partimos de la base de que hay un 82 % de rechazo. Cuanto más me aleje de Duque, más voy a colectar electoralmente. Puede haber las mejores ideas, pero si digo que el Gobierno de Duque ha cumplido con unas cosas que talvez las ha hecho bien, bueno, voy a perder votos todos los días por más que tenga buenas ideas.
Lamentablemente, la polarización extrema le puede terminar ganando a buenos proyectos con buenas ideas y que sean beneficiosos para un país. Ese es el desafío que tiene la democracia en los próximos meses.