En su primer discurso ante las dos cámaras del Congreso, el mandatario demócrata habló de la vacunación contra el COVID-19, de un nuevo y masivo plan de gasto en ayudas para las familias, de los cambios en la política migratoria y del desafío que representa China, entre otros temas.
El presidente estadounidense, Joe Biden, defendió este miércoles su ambicioso proyecto de Gobierno con un tinte profundamente social y con inversiones en busca de la recuperación económica.
En la víspera de cumplir cien días en el poder y en su primer discurso ante las dos cámaras del Congreso, Biden proclamó que Estados Unidos “está de vuelta otra vez” y pidió una y otra vez a los republicanos -cuyo voto necesita para muchas de sus propuestas- que le apoyen en sus principales planes económicos y sociales.
Durante poco más de una hora, Biden habló de la vacunación contra el COVID-19, de sus planes de infraestructuras, creación de trabajo y gasto social y de política exterior, sin olvidarse de un tema que lo ha preocupado en sus primeros meses al frente del país: la inmigración.
Vacunas para todos
Este miércoles el mandatario pidió a todos los estadounidenses que superen las dudas y se vacunen cuanto antes, porque “cada pinchazo es una dosis de esperanza”.
“Estamos vacunando a la nación, creando cientos de miles de trabajos, entregando resultados reales que la gente puede ver y sentir en sus vidas”, dijo el mandatario.
“Nuestro progreso de estos últimos cien días contra una de las peores pandemias de la historia es uno de los mayores logros logísticos que ha visto jamás nuestro país”, agregó.
De acuerdo a datos de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC, en inglés), el 43% de los estadounidenses ya han recibido al menos la primera dosis de la vacuna; mientras que el 29,5 % de los adultos están completamente inmunizados.
Biden prometió, además, que su país será un “arsenal de vacunas” para el resto del mundo y jugará un papel de liderazgo similar al que desempeñó durante la Segunda Guerra Mundial.
Trabajo, trabajo, trabajo
Si hubo una palabra que el presidente repitió a lo largo de su discurso fue “trabajos”, aunque siempre la acompañó de un matiz social.
“Nuestra Constitución se abre con las palabras ‘Nosotros, el Pueblo’. Ya es hora de que recordemos que ‘Nosotros, el Pueblo somos el Gobierno. Ustedes y yo”, indicó.
El mandatario demócrata afirmó que el asumir los desafíos del cambio climático y comenzar la transición a energías renovables generará trabajo para el pueblo estadounidense.
“Por mucho tiempo, no utilizamos la principal palabra para enfrentar la crisis climática: cuando pienso en cambio climático, pienso en crear empleos”, dijo.
Bide dijo que el American Jobs Plan (propuesta del presidente estadounidense para invertir $ 2 billones en infraestructura) pondrá a los ingenieros y a los obreros a trabajar en la construcción de edificios y viviendas con mayor eficiencia energética.. “El American Jobs Plan ayudará a millones de personas a volver a sus trabajos y carreras”, dijo.
Buena parte de su alocución la dedicó a promover su plan de inversiones en infraestructuras por valor de 2,25 billones de dólares, acompañado por otro con un tinte más social dirigido a ayudar a las familias y los ciudadanos en situación más vulnerable, por un importe de 1,8 billones de dólares.
Para financiar ambos proyectos el presidente defendió que hay que subir los impuestos a las grandes empresas y a las grandes fortunas.
“Wall Street no construyó este país. Fue la clase media. Y los sindicatos construyeron a la clase media”, agregó.
El fin de los recortes fiscales a los más ricos
El mandatario demócrata dedicó una parte importante de su discurso a defender los aumentos de impuestos, reiterando que no afectarían a nadie más que a los muy ricos.
Biden consideró que “ya es hora” de que las grandes corporaciones y los más ricos del país, que son un 1% , “paguen su parte justa” de impuestos.
Y citó un estudio reciente que apunta que el 55 % de las grandes empresas pagó “cero” impuestos federales el año pasado, y lograron 40.000 millones de dólares en beneficios, mientras que muchas evadieron tributar y se acogieron a beneficios y deducciones por emplear a sus trabajadores en otros países.
“Y eso no está bien”, denunció.
En ese sentido aseguró que el Gobierno acabará con los resquicios que permiten a los más ricos pagar muy por debajo de lo que deberían según sus ganancias y advirtió de que el Departamento de Hacienda actuará con mano dura contra los millonarios que pretendan “engañar” sobre sus ganancias.
“No impondré ningún aumento de impuestos a las personas que ganen menos de $ 400,000 al año”, dijo. “Es hora de que las empresas estadounidenses y el 1% más rico de los estadounidenses paguen lo que les corresponde”.
China, el gran adversario
Cuando llegó el momento de hablar de gigante asiático, el discurso de Biden no se diferenció mucho al de su antecesor Donald Trump. Sobre todo cuando llamó a defender las fuentes de trabajo dentro del territorio.
“Simplemente no hay ninguna razón por la que las palas de las turbinas eólicas no se puedan construir en Pittsburgh en lugar de Beijing”, dijo.
Aseguró que EEUU no tolerará las “injustas” prácticas comerciales de China que perjudican a los trabajadores estadounidenses y prometió que mantendrá una fuerte presencia militar en el Indopacífico, de la “misma forma” que Washington hace en Europa con la OTAN.
“Estamos compitiendo con China y otros países para ganar el siglo XXI. Tenemos que hacer algo más que reconstruir, tenemos que construir mejor”, agregó.
Sobre el presidente chino Xi Jinping, advirtió que se muestra sumamente decidido en convertir a China en la nación más importante y trascendente del mundo. “Él y otros autócratas piensan que la democracia no puede competir en el siglo XXI con las autocracias; se necesita demasiado tiempo para lograr un consenso. Para ganar esa competencia para el futuro, en mi opinión, también necesitamos hacer una inversión única en una generación en nuestras familias y nuestros hijos “, dijo.
En otro momento del discurso, agregó: “¿Puede nuestra democracia superar las mentiras, la ira, el odio y los miedos que nos han separado? Los adversarios de Estados Unidos, los autócratas del mundo, están apostando a que no podemos“.
Cambio de enfoque sobre la inmigración
Biden instó a poner fin a “la agotadora guerra” partidista sobre la inmigración durante el primer discurso de su mandato ante las dos cámaras del Congreso.
El mandatario, además, pidió al Legislativo que apruebe su reforma migratoria, que busca regularizar a los 11 millones de inmigrantes irregulares que viven en el país, un proyecto que está estancado en el Senado ante la falta de apoyo de la oposición republicana.
“Si creen que necesitamos una frontera segura, apruébenla. Si creen en una vía hacia la ciudadanía, apruébenla. Si realmente quieren resolver el problema, les he enviado el proyecto, ahora apruébenlo”, afirmó Biden.
El líder demócrata dijo que “durante más de 30 años los políticos han hablado sobre la reforma migratoria y no han hecho nada” y sostuvo que “ha llegado el momento de resolverlo”.
Pese a esa defensa inicial de su reforma migratoria, Biden pareció renunciar al proyecto maximalista al tender la mano a los republicanos moderados, a los que necesita para aprobar cualquier iniciativa, y les instó a priorizar a ciertos grupos.
“Si el Congreso no va aprobar mi plan, al menos aprobemos lo que estamos de acuerdo”, dijo Biden, al citar a los jóvenes conocidos como “dreamers” (soñadores), a los trabajadores agrícolas y a los beneficiarios de los programas Estatus de Protección Temporal.
La reforma migratoria que propuso Biden en su primer día en el poder contempla un proceso de ocho años para que los 11 millones de indocumentados del país logren la ciudadanía.
Con información de EFE