Cuando logre ser bendecido por la Convención de su partido, el ex vicepresidente de Barack Obama será el candidato para enfrentar a Donald Trump.
Acabada la incertidumbre llegó el momento de la acción. Joe Biden es el candidato demócrata a la Presidencia que el 3 de noviembre intentará sacar a Donald Trump de la Casa Blanca. Una tarea difícil para ambos la de llevar adelante una campaña en tiempos de coronavirus. Todo está virtualmente paralizado, pero con la renuncia de Bernie Sanders un nuevo motor se enciende y la campaña de Joe Biden tiene cuatro grandes puntas que jugar.
Convencer al ala más de izquierda del partido Demócrata
Se supone que los demócratas aprendieron de los errores de 2016. Cuatro años atrás, el enfrentamiento entre Hillary Clinton y Bernie Sanders llegó a un punto tal que varios (se calcula que hasta 5 millones) seguidores del Senador de Vermont no votaron por la candidata demócrata en la elección general.
Biden parece haber tomado nota. Quizás por eso en las últimas semanas (desde que su nominación era cada vez más evidente), no lo hemos oído criticar a Sanders. Por el contrario, tras el anuncio de la suspensión de campaña del social-demócrata, el ahora candidato oficial de la oposición envió un comunicado en el que aseguraba que Sanders iba a ser oído, e incluso lo parafraseó al decir que no sería él quien lo estaría escuchando, sino “nosotros”.
Otro gesto de Biden que no ha pasado desapercibido es que en las últimas semanas, mientras crecía la presión sobre Sanders para ponerle fin a su campaña, cada vez que se le consultaba a Biden al respecto este respondía que no estaba en él opinar al respecto.
Sander por su lado también hizo lo suyo. En las declaraciones que pusieron fin a sus aspiraciones presidenciales elogió a Biden y lo calificó como un buen hombre. Algo que jamás hizo con Hillary.
¿Qué hacer con Bernie Sanders?
La renuncia a la primaria del Senador por Vermont tiene letra chica. Oficialmente no está retirando su nombre de las boletas en los Estados que aún debe votar y no va a renunciar a sus delegados. Esto no significa que tenga posibilidades de obtener la nominación, pero quiere llegar a la Convención con poder político. Las propuestas de Sanders suelen ser muy diferentes a las del resto del partido (quizás porque ni siquiera pertenece al Partido Demócrata oficialmente, como Senador se identifica como independiente), y pretende con su capital político influenciar la plataforma de Biden. Hasta un cierto punto ya lo hizo. Su mera presencia en los debates (y el fervor que despertaba en un sector del partido) logró que el resto de los candidatos, incluido Biden, tendieran más hacia la izquierda en sus promesas. Queda por ver si eso se traduciría en una posible administración.
Sacar el as bajo la manga: Barack Obama
Hasta ahora, y como es tradicional en los procesos de primarias, el último Presidente demócrata se ha mantenido en el más absoluto silencio. Eso va a cambiar en los próximos días. Con un candidato ya definido, Barack Obama puede empezar a hacer campaña oficialmente por ese candidato (así sea solo virtual).
Obama sigue teniendo una imagen positiva muy fuerte, y su apoyo pudiera ser clave. Además, junto a él, llega alguien con una imagen positiva inclusive superior: su esposa Michelle. Algunos han fantaseado con la idea de que Michelle Obama hasta pueda ser la compañera de fórmula de Biden, algo que los allegados a la ex Primera Dama descartan de plano. Si el matrimonio Obama da su respaldo político a Biden, el camino se le va a hacer más fácil.
Recaudación de fondos
Biden comenzó esta campaña muy escaso de recursos. A medida que el voto lo acompañaba, llegaron las donaciones más jugosas. Pero con el coronavirus todo se paralizó y el miedo a una recesión hace que la situación financiera de las campañas no sea la mejor. Habiéndose definido ahora que Biden es el candidato, el modo de recaudación cambia. Ya no sólo el candidato pide dinero, sino que ahora tiene a todo el aparato del partido recaudando para él. Inclusive en tiempos de crisis, se espera que las arcas de Biden crezcan considerablemente en las próximas semanas.