La popular aplicación, a la que con frecuencia se ha acusado de carecer de seguridad, abandona el mercado de aplicaciones de Hong Kong mientras analiza si la polémica Ley de Seguridad vulnera los derechos humanos.
TikTok, TikTok, TikTok... Los tiktokers están por todas partes. Más de 2.000 millones de descargas en todo el mundo tiene la aplicación de vídeos cortos que creó un ingeniero de software chino de 37 años llamado Zhang Yiming. Pero los bolsillos de Zhang (14.580 millones de euros, según Forbes) han crecido casi a la misma velocidad que lo han hecho estos últimos meses las acusaciones de que su aplicación carece de seguridad y que esta regida por la cesura e intervencionismo del Partido Comunista de China.
Ese señalamiento viene de lejos. En realidad los primeros conatos surgieron cuando en 2017 la aplicación Douyin, popular en el gigante asiático y propiedad de la compañía ByteDance, fundada por Zhang, pasó a llamarse fuera de las fronteras chinas TikTok para expandirse internacionalmente. El público más joven se enganchó a ese sistema rápido para grabar, editar y compartir vídeos divertidos, con un algoritmo que selecciona un contenido adaptado a los gustos del consumidor.
Pero desde Estados Unidos no han dejado de sembrar dudas sobre la seguridad de la aplicación, pese a que la empresa ha reiterado una y otra vez que los datos de sus usuarios no se almacenan en China ni se comparten con el gobierno censor de Xi Jinping. "Estamos considerando restringir el acceso de los usuarios a la aplicación TikTok por las preocupaciones de que el gobierno de Pekín lo esté utilizando como un medio para vigilar", dijó ayer Mike Pompeo, secretario de Estado de Estados Unidos.
Si esto ocurriera, la administración de Donald Trump no sería la primera en prohibir TikTok. Hace dos semanas se les adelantó el gobierno del primer ministro indio Narendra Modi. Entre las 59 aplicaciones chinas vetadas estaba la de los vídeos cortos, que cuenta con 661 millones de descargas en India, casi el 30% de su mercado mundial. El motivo, según las autoridades: "Estas aplicaciones son perjudiciales para la soberanía e integridad del país".
Incluso otros países como Australia, según los medios locales, están también planteándose prohibir la aplicación. "TikTok no comparte información de nuestros usuarios con ningún gobierno extranjero, incluido el Gobierno Chino, y no lo haría aunque pudiera", defienden desde la compañía, ahora dirigida por el ex ejecutivo de Disney Kevin Mayer, que además ha querido dar un paso más para demostrar su compromiso con la privacidad, como lo demuestra la noticia que ha saltado estos días hasta las aguas revueltas de Hong Kong.
TikTok ha confirmado que saldrá del mercado de aplicaciones de la ex colonia británica después de que Pekín impusiera la nueva Ley de Seguridad Nacional que amenaza la autonomía de la que goza esta ciudad desde que China recuperara su dominio hace 23 años. Una decisión que ya tomaron días atrás otras empresas como Facebook, Twitter y Google por el requerimiento de la Policía de Hong Kong de los datos de los usuarios en base a la nueva legislación.
Todas estas compañías han comunicado que ponen "en pausa" las peticiones de las autoridades de la ciudad mientras analizan si la ley atenta contra los derechos humanos y cívicos. "A la luz de los recientes acontecimientos, hemos decidido detener las operaciones de la aplicación TikTok en Hong Kong", dijo a la agencia Reuters un portavoz de la empresa.
"La decisión de TikTok de detener las operaciones en Hong Kong de su popular aplicación de vídeo parece inusual, pero es estratégica. La compañía ha luchado para combatir las sospechas de que opera bajo la ley china o bajo el control de Pekín. Es por eso que TikTok se ha esforzado por tratar de cambiar su imagen global, y este movimiento podría ser un paso más para lograrlo", dice Karishma Vaswani, analista en Asia de la BBC
PODERES A LA POLICÍA PARA INTERCEPTAR COMUNICACIONES
La nueva ley de seguridad de Hong Kong -que castiga con hasta cadena perpetua lo que China describe ampliamente como secesión, subversión, terrorismo y colusión con fuerzas extranjeras- da poderes a la Policía para que pueda interceptar comunicaciones privadas y censurar los medios en línea sin una orden judicial. Unas medidas que están implementadas en el Artículo 43 de la normativa.
La jefa del Ejecutivo local, Carrie Lam, ha dicho hoy que esto supone que Hong Kong volverá a ser una de las ciudades más seguras del mundo después de las fuertes protestas en favor de la democracia del año pasado. "En comparación con las leyes de seguridad nacional de otros países, es una ley bastante moderada. Su alcance no es tan amplio como en otros países e incluso en China", apunta Lam.
Para los ingenieros de ProtonMail, un servicio de email cifrado que usan activistas de todo el mundo para evitar ser cazados, esta ley, mirándolo desde las perspectiva de las redes tecnológicas, supone un "gran cortafuegos que China ha creado alrededor de Hong Kong", explican en declaraciones a este periódico.
Según uno de los analistas de esta organización, Edwars Shone, estas regulaciones "limitarán de inmediato la libertad de los medios y de Internet de Hong Kong. Permiten a la Policía obligar a los proveedores de servicios de Internet (ISP) y a las plataformas de redes sociales a aplicar la censura, sin una orden judicial. Pero lo más importante, la gente de Hong Kong ya no puede esperar que sus derechos estén protegidos. Hong Kong no será tratado de manera diferente que China continental".