Para poder entender cómo la tecnología puede disminuir la brecha existente entre las clases socioeconómicas en México, primero hay que definir qué es la movilidad social. De acuerdo con el Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY), la movilidad social se define como “los cambios que experimentan las personas en su condición socioeconómica a lo largo de su vida” y se puede clasificar en dos:
- Movilidad relativa: aquella que analiza el cambio en la posición socioeconómica de las personas respecto a la que alcanzaron sus padres; y
- Movilidad absoluta: la cual es el cambio en el nivel de vida existente entre distintas generaciones de un país o región.
Cuando la calidad y cobertura de los sistemas de protección social y mecanismos para igualar las oportunidades son débiles, el origen de cuna determina sus posibilidades de movilidad social; por lo que la movilidad social en México es baja y se concentra de manera significativa entre las personas que nacen en situación de pobreza. Como resultado de esto último, la gran mayoría de las personas pobres en México no logran superar su condición de pobreza.
Existe un amplio consenso respecto de que las políticas de educación, salud, ocupación laboral e ingresos y la seguridad social son clave para emparejar y ampliar las oportunidades, para así impulsar la movilidad social, a partir de dichas causas es correcto preguntarnos:
¿Qué herramientas o mecanismos podemos utilizar para disminuir la falta de oportunidades en estas materias?
Una clara respuesta, aunque no por ser clara es sencilla, es la democratización e inclusión de los recursos tecnológicos. Retomando los datos que arroja el estudio del CEEY, al menos el 48% de la desigualdad en los logros de la población mexicana se debe a que las oportunidades entre las personas no son las mismas. Si a lo anterior le sumamos que el acceso a educación de calidad y la inclusión financiera parecieran ser privilegios de los estratos socioeconómicos más altos, se vuelve una fórmula cuyo resultado es un incremento en la brecha de desigualdad (i.e. Coeficiente de Gini).
Vivimos un momento de grandes cambios tecnológicos encabezados por la revolución digital y existen motivos para creer que los cambios tecnológicos actuales tales como: los avances en los sistemas y programas informáticos, la telefonía móvil, las plataformas digitales, la robótica, el uso de la nube y la inteligencia artificial, tienen un alcance y una velocidad no visto anteriormente.
Por otra parte, la globalización ha sido un factor de la creciente desigualdad. No obstante, el cambio tecnológico ha tenido una influencia mucho mayor. Afortunadamente no todo son malas noticias, actualmente existen algunas herramientas tecnológicas que pueden ayudar a disminuir la brecha que existe desde un punto de vista educativo y financiero.
En materia educativa se persiguen dos grandes objetivos: la universalización y mejora de la calidad del aprendizaje y la pertinencia de la educación en todos los niveles. Actualmente existe un segmento dentro de la industria tecnológica que contiene todo lo referente a Educación + Tecnología, coloquialmente llamado: EdTech.
EdTech es el sector de organizaciones y empresas que combina herramientas tecnológicas (software y hardware) y prácticas educativas para facilitar y mejorar el aprendizaje. Las startups EdTech buscan ofrecer soluciones tecnológicas para mejorar las herramientas de aprendizaje dirigidas por los profesores en las aulas, mejorar la educación individual y reducir la carga de enseñanza; así como, facilitar el conocimiento a distancia, de una manera fácil, rápida y sobre todo económica.
Un dato relevante y preocupante es que únicamente el 58% de las escuelas en Latinoamérica cuenta con acceso a internet contra un 97% en Norteamérica.
De acuerdo con el sitio Startupeable, las principales verticales de EdTech son las siguientes:
- Aprendizaje en línea no especializado
- Sistema de gestión de aprendizaje
- Aprendizaje de idiomas
- Educación de la primera infancia
- Administración de escuelas
- Escuelas de próxima generación
- Aprendizaje tecnológico
- Aprendizaje corporativo
Pese a ser un sector con un gran potencial de crecimiento e impacto en Latinoamérica y la falta de acceso a educación de calidad en nuestra región, EdTech ha recibido poca inversión en comparación a los sectores más “sexy” como son las Fintech o los Ecommerce. Sin embargo, la pandemia hizo que los inversionistas voltearan a ver a este sector con mayor interés.
Por otro lado, se encontró que la inclusión financiera de las madres es un importante factor para la impulsión en la movilidad educativa de los hijos, más aún cuando la madre cuenta con servicios financieros formales, el efecto en la movilidad social de los hijos es mayor que cuando el padre es el que cuenta con los servicios financieros formales, esto último según una investigación realizada en 2017 donde se usó el estudio de EMOVI.
Actualmente existen herramientas tecnológicas tales como el machine learning y la inteligencia artificial, que permiten tener acceso al sistema financiero a personas cuya actividad económica es informal. El INEGI estimó que la economía informal representó el 21.9% del PIB del 2020, lo que representa un valor agregado bruto de $114,500 millones de dólares, lo cual ha permitido que las instituciones financieras pongan un interés relevante en los productos y servicios que van enfocados hacia este sector de la población.
Como aspectos indudablemente positivos, los microcréditos han dado acceso a pequeños préstamos a personas sin recursos, muchas veces sin acceso a una cuenta bancaria y sin historial crediticio. De esta forma, aquellas personas que antiguamente se encontraban excluidas del sistema financiero, hoy en día pueden tener acceso a este, y así acrecentar las posibilidades de tener un mayor éxito económico.
Contestando la pregunta que titula el presente artículo ¿puede la tecnología acortar la brecha de la movilidad social en México? De una manera vulgarmente simplificada, la respuesta es ¡Si!
Sin embargo, es importante señalar a modo de conclusión que no todos tienen la suerte de obtener un legado positivo. Es por esto que la acción del Estado debe concentrarse en ampliar e igualar las oportunidades de las personas para lograr mayor movilidad social; con diseños de políticas públicas que libere el potencial de toda la población a través de las herramientas tecnológicas ya existentes, que únicamente necesitan perfilarse hacia un bien común en la sociedad.
Vía: https://comunicacionsocial.diputados.gob.mx/
