El dominio del comportamiento no verbal resulta imprescindible para administrar con eficacia la comunicación política e institucional.
Aprender a gestionar con habilidad la comunicación no verbal es mucho más fácil de lo que parece, aunque requiere tiempo y dedicación. Exige tener conciencia y paciencia, apertura de miras, humildad, y un espíritu autocrítico a prueba de vanidades. Quizás por eso la mayor parte de nuestros políticos prescinden de esta formación, que en mi opinión debería impartirse desde los primeros ciclos de la enseñanza escolar.
El cirujano de Harvard y experto en liderazgo y motivación, Mario Alonso Puig , asegura que a los grandes líderes no los seguimos por lo que dicen, sino por lo que son, por lo que hacen. Las palabras son importantes, por supuesto, pero los hechos lo son más, porque ese es el sistema que utiliza nuestro cerebro para aprender: observar conductas e imitarlas.
Desde niños, nuestra tendencia natural no es hacer lo que nos dicen (no te subas ahí, no grites, no corras, …), sino hacer lo que vemos. Aprendemos a ser personas modelando a otras personas, y cuando una imagen o comportamiento nos resultan atractivos tendemos a identificarnos con su dueño.
No les voy a engañar. Los atajos no existen a la hora de transformarse en un buen comunicador político. Y menos, a la hora de construir un liderazgo partiendo de la nada. Tampoco hay fórmulas mágicas ni remedios instantáneos, pero quienes deseen triunfar en la jungla mediática de la política deberían guardar los machetes y tener muy en cuenta estos cinco pasos imprescindibles:
LO PRIMERO, CONÓCETE A TI MISMO
El autodiagnóstico es el primer paso en el camino de la comunicación ganadora, asegura el consultor Fran Carrillo . Si no sabes quién eres, difícilmente podrás contarlo y transmitirlo a los demás, añado yo. Tomar conciencia de tu propio comportamiento, y del efecto que produce en tu entorno, es el principio de una sólida formación.
NO CAMBIES TU PERSONALIDAD, PERFECCIONA TU ESTILO
Obsérvate con espíritu crítico y corrige todo aquello que chirríe. El espejo sirve para ensayar, pero te engañará. Si quieres entender cómo te ven los demás, procura que te graben en vídeo sin saberlo y analízate sin complacencias. Verás qué sorpresa te llevas. Cambia todo aquello que te aleje de tu objetivo. No es cuestión de transformar la personalidad, sino de mejorar el estilo.
NO PIENSES EN LA LETRA, SIENTE LA MÚSICA
Comprender la letra de la canción es importante para transmitir emociones, pero lo que realmente te harábailarserá siempre la música. Si tienes que pensar los pasos cada vez que sales a la pista, lo más probable es que tropieces o acabes pisando a tu pareja. Hay que entrenar y ensayar las correcciones una y mil veces hasta que salgan solas, de forma espontánea y natural.
TU CUERPO ES EL MENSAJE SOLO SI EXISTE EL MENSAJE
Un bailarín sin coreografía es como un actor sin guion o un político sin ideas. Por muy bien que te expreses, por mucho que te ayude la apariencia, por muy atractivo que resultes, sin un mensaje que transmitir y una emoción que compartir, no eres nadie. Y si ese mensaje emocional no coincide con tu forma de ser y de actuar, serás menos que nadie. Recuerda siempre: congruencia entre quién eres, lo que haces y lo que pareces .
LO IMPORTANTE NO SON LOS ERRORES, SINO CÓMO REACCIONAS ANTE ELLOS
Y por último, no vayas por la vida en plan martillo, porque todo te parecerán clavos. Una actitud defensiva te hará ver las preguntas como amenazas y las réplicas como agresiones, tu sistema límbico te secuestrará y devolverás golpes que ni siquiera has recibido. Hasta el escenario más adverso puede ser la mejor oportunidad para mostrar la conducta que tanto esfuerzo te ha costado entrenar. Es cuestión de perspectiva, aceptar los errores con normalidad, rectificar y aprender.