Su experiencia en las diferentes campañas que lo alzaron como uno de los consultores mas reconocidos y cotizados a nivel mundial.
Concertar un encuentro con Antonio Sola puede convertirse en una tarea hostil. A diferencia de una de las frases más celebres de John Lenon, que reza que “La vidaes aquello que te pasa mientras estas ocupado haciendo otros planes”, la máxima de Sola podría resumirse de la siguiente manera: “La vida es aquello que te pasa mientras estás arriba de un avión”. O en un Aeropuerto, claro. La espera y la persistencia, y la excelente predisposición del entrevistado, finalmente dan sus frutos.
Aunque en el mundo de la consultoría política, Sola no requiera de presentaciones, resulta imprescindible resumir, en pocas líneas, su trayectoria. Hace quince años se inició en la estrategia y la consultoría política y empresarial. Es experto en gestión de campañas políticas y electorales y participó en numerosos procesos electorales nacionales, autonómicos y municipales en toda Iberoamérica. En 2006, fue uno el consultor principal que llevó a Felipe Calderón a la presidencia de México. En 2011, asesoró a Michel Martelly, triunfador en Haití, y a Otto Pérez Molina, ganador en Guatemala. En 2014 fue contratado por Juan Manuel Santos, Presidente de Colombia, quien logró una remontada épica que le permitió ser reelegido al derrotar a Iván Zuluaga, “delfín” de Alvaro Uribe y ganador de la primera vuelta de aquellos comicios presidenciales.
Su costado docente también es fecundo: imparte clases en la Universidad George Washington (Estados Unidos), en la Fudan University (China), en la Universidad de Navarra, en la Universidad Pontificia de Salamanca y también en el Instituto de Empresa (IE) y en el Instituto Universitario de Investigación Ortega y Gasset.
Su conferencia del jueves 14 en el Congreso Internacional de Comunicación Política de Buenos Aires, si bien se titulará “Ganó la Paz. Colombia 2014”, puede considerarse, en verdad, una potente síntesis de su carrera profesional: “Hablaré de la campaña de Colombia, pero también de la de Haití y la de México. Pero lo haré desde un claro planteamiento de porqué las peleas electorales no se terminan hasta que finalmente se terminan, hasta el propio día de la votación”, adelanta.
“Muchas veces los analistas, de muchos países, y también en las empresas, aventuran lo que pueden ser los resultados de la economía, queriendo darle cierto grado de previsibilidad. Pero como suele suceder, los economistas no le aciertan y en términos electorales muchos analistas tampoco. Porque cada vez las campañas son mas cerradas y también lo son en términos de previsibilidad. Los dictámenes son el día de la votación y erróneamente los planteamientos de muchas campañas es dar por cerrados esos procesos con cierto grado de anticipación. Aquí en Argentina, en la actual coyuntura, parece claro. Es un enfoque, una dinámica de reflexión, que yo no realicé en mis conferencias y en el cual tengo muchas ganas de adentrarme”, asegura el español.
Fanático del fútbol, ejemplifica a través de ese deporte: “Se trata de reducir al mínimo el margen de error de una campaña, por supuesto. Así como en el fútbol un partido no concluye hasta que finalmente el árbitro aporta el pitido final, en una campaña sucede lo mismo. Cada elemento debe estar ordenado hasta el último día. Funcionando, trabajando y traccionando con el voto, para que el día de la elección, efectivamente esos resultados se reflejen. Es un factor clave en campañas cerradas. Y al cual no se le presta debida atención”.
Campañas de contraste: una vieja polémica
Antonio Sola es un claro promotor de las llamadas “campañas de contraste”. Y ha recibido también muchas críticas de sus adversarios quienes, incluso, lo han acusado de efectuar campañas sucias. Sola no se defiende ni se inmuta ante los agravios, pero sí aclara: “Ya no hay campaña electoral en la que uno no exprese lo que no es y, sobre todo, opine sobre lo que el otro no es. Gran parte de mi filosofía, dentro de la consultoría política, es utilizar las campañas de contraste como un elemento que permite básicamente dos cosas. Por un lado, profundizar el nivel de democracia en los países: a pesar de que muchos digan lo contrario, yo creo que en este tipo de campaña se construye más democracia y se capacita mejor a la ciudadanía para decidir por un juicio propio. En segundo lugar, la campaña de contraste permite dividir con argumentos, con diálogo, lo que realmente está sucediendo en la campaña electoral”.
Colombia, uno de los cetros que Sola exhibe con mayor orgullo, se constituyó como un ejemplo taxativo en términos de contraste: “Allí efectuamos una campaña muy buena. La primera vuelta la perdimos, la segunda vuelta la ganamos. El hecho de contrastar al contendiente de Juan Manuel Santos al cabo de la primera parte del proceso electoral dio un gran resultado en la elección final. Las encuestas previas de aquellos días lo demuestran. Los resultados de argumentos sostenidos y reales fueron tomados a cuenta por los votantes el día de la elección”, asegura.
“La Abuela Mecha” es el título de una pieza audiovisual que surgió en las redes sociales los días previos al triunfo de Santos en Colombia y se hizo rápidamente viralizable, arrancando risas y también reflexiones de parte del electorado. En pocas palabras, una abuela explica, en un mercado y en forma muy poca ortodoxa, muy graciosa, casi al límite con la caricatura, porque votará por Santos y no por Zuluaga, su contrincante.
Si bien no puede preverse su impacto final en el resultado electoral, lo cierto es que este material alcanzó millones de reproducciones y llegó a los medios tradicionales. En este sentido, Sola advierte que saber aprovechar este tipo de fenómenos, que surgen en forma azarosa dentro de un proceso, es fundamental también. “Capitalizar acciones espontáneas de este tipo es central, es oportuno. Y eso hicimos. El Presidente se acercó a esa señora, habló con ella y, evidentemente, se logró un efecto que quintuplicó los esfuerzos de comunicación que estábamos haciendo, porque rápidamente se incrustó como eje de la campaña. Aquel material pasó de las redes al mundo de los medios tradicionales, que es el mejor de los escenarios. Y allí demostramos una comunicación compacta a todo nivel que nos hizo muy potentes en aquella contienda”, explica el consultor.
El giro europeo y la izquierda en América Latina
Fuerte observador de los procesos políticos globales, Sola dedica el tramo final de la entrevista a reflexionar sobre lo que, entiende, está ocurriendo a un lado y al otro del atlántico: “En Europa se está evidenciando un giro político, esto es evidente. A la centroizquierda, en el caso de Grecia, con Alexis Tsipras, o en el caso de España con PODEMOS. Pero también giros moderados que se dan dentro de espacios de derecha, como el de Marine Le Pen (NdelaR: hija del histórico líder de extrema derecha Jean Marie Le Pen). En general, de todos modos, se trata de ejemplos mucho más moderados que los que observamos de izquierda aquí en América Latina”, admite Sola.
Sin embargo, advierte una conducta oscilante dentro del electorado en los dos continentes: “Hay un péndulo que en América Latina se va hacia la derecha y que en Europa, sobre todo en la Europa Mediterránea, se va a la izquierda. Pero hay un tema más importante que rebasa la lógica de las ideologías, y es algo de lo que vengo hablando hace dos años: hoy tienen más peso específico la capacidad de los liderazgos personales que la potencia de las ideologías. A las personas luego se les puede añadir una ideología. Pero están siendo muy valoradas figuras con una performance muy fuerte en la lógica mediática, de un lado y del otro del mundo. El caso de Pablo Iglesias con PODEMOS es claro. Es un tipo que se convierte en una estrella en la lógica de la televisión y luego se encaja en un movimiento ideológico afín al chavismo. Pero que emerge de una lógica mediática”.