La primera batalla en las campañas electorales se desarrolla en la vía pública . Para que los carteles electorales sean efectivos es necesario tener en cuenta algunas normas básicas.
Cinco segundos. Un nombre, una idea. Forma simple. Color que impacta. Fin de los 5 segundos.
- El objetivo de la colocación de carteles electorales es que el votante conozca, recuerde y reconozca el nombre del candidato y el cargo al que se postula. Es así de simple: es la lucha por la notoriedad . Parece obvio pero hay que decirlo: un cartel no persuade ni convence de nada al elector. Por lo tanto no hay que pedirle otra cosa que no sea esa función de reconocimiento.
- Objetivos secundarios, que no obstaculizan al principal: generar una rápida impresión favorable inicial hacia el candidato, transmitir con su sola presencia una sensación de vitalidad, movimiento y fuerza de la campaña, y abrir la mente del votante para que luego sea más receptivo a otros impactos comunicacionales.
- La ubicación de los carteles es determinante de su éxito. Deben ser vistos por aquellos electores a los cuales se apunta. Hay que colocarlos en lugares de gran circulación de público hacia su trabajo o hacia su casa, en lugares de gran concurrencia o en personas o vehículos que se desplazan frente a la gente.
- Elegir en cada caso los formatos más adecuados: vallas, bardas o muros pintados, carteles fijados en postes, afiches pegados en muros, carteles sobre soportes comerciales, carteles en jardines, puertas o ventanas de domicilios, carteles en paredes de edificios, pasacalles, anuncios en paradas de autobuses o del metro, grandes anuncios en carreteras, letreros laterales y posteriores en autobuses, carteles adhesivos para vehiculos, carteles en objetos de merchandasing…
- La clave del diseño debe estar en la psicología política del elector . ¿Cómo percibe los carteles electorales el peatón o quien va en un vehículo? La persona dispone apenas de unos pocos segundos para percibir un cartel, está en movimiento cuando lo hace y tiene otros múltiples focos simultáneos de atención. En esas condiciones es que hay que lograr el objetivo.
- Simplicidad. Pocas palabras, no más de 5 o 6. Ultrasíntesis, casi un telegrama visual. Tipografía de muy fácil legibilidad a distancia. Colores nítidos y altamente contrastados. Fondos sencillos.
- La batalla de la vía pública es muy breve. En poco tiempo el público se satura de carteles y ya no los diferencia. Por lo tanto, no es una larga serie de escaramuzas que dura toda la campaña electoral. Es una guerra relámpago . Después la lucha continúa en otros medios de comunicación.
Son cinco segundos y nada más.
Apenas nada más…