La comunicación política moderna y las campañas electorales se han hecho muy complejas y se han especializado, al igual que lo ha hecho la sociedad.
Así que, el primer paso para construir una campaña electoral dentro del marco de la comunicación política moderna será partir de un método que permita aprovechar al máximo todas las herramientas disponibles, para lograr los objetivos trazados.
Para tales fines, se debe partir por el principio, y este no es otro que establecer un método confiable, probado y efectivo, que permita de la manera más rápida y eficiente, construir la campaña electoral sobre bases sólidas.
En tal sentido estudiar el entorno es fundamental, pues cada campaña es única e irrepetible por lo tanto habrá que estudiar con profundidad el entorno de lo que se está viviendo en ese momento histórico preciso, saber cuál es la realidad económica, social, política, del ámbito geográfico que ocupa. Todo ello lleva a entender la historia de los hechos, el por qué y cómo se llegó a la situación actual.
Otro paso a seguir es investigar con las herramientas modernas de estudio de la opinión pública, pues dada la complejidad del mundo de hoy lo exige y la sola intuición, la experiencia y el sentido común pudieran ser elementos que ayuden, pero jamás podrán ser las principales herramientas de la investigación política.
La investigación busca entonces hurgar a profundidad en la mente del elector, saber que le ilusiona o que le quita el sueño, encontrar el acorde sensitivo que se deberá tocar para poder establecer la conexión entre el elector y la campaña.
El siguiente paso es la definición de objetivos, los cuales deben ser claros y concretos. Parece obvio, sin embargo, es una parte trascendental de cualquier campaña y en ocasiones se deja de lado pensando que el único objetivo es ganar, pero más importante aun son las distintas etapas por las cuales habrá de atravesar la campaña y que contribuirán a la consecución de los distintos objetivos a alcanzar.
Adicionalmente, saber exactamente la situación inicial para ubicar sobre desde dónde se deberá comenzar a construir el proyecto de campaña es vital. Por lo tanto, es importante hacer un inventario de los recursos que se tienen a disposición.
Ese inventario debe considerar los recursos económicos, logísticos y humanos de los que se dispone, así como de los que se requerirán para la consecución de los objetivos
Todo lo anterior debe ser realizado por un equipo de trabajo dedicado, con responsabilidades y metas claramente definidas, lo que hará que todo ese gran engranaje funcione en función de los objetivos planteados y, fundamentalmente, evitará duplicidad de esfuerzos y desperdicio de recursos -económicos, logísticos y humanos.
A lo anterior hay que agregar los mecanismos de control, seguimiento, auditoría y ajuste.
Estas herramientas permitirán evaluar si los objetivos y metas se están cumpliendo, y si no fuera así, se podrán rápidamente aplicar correctivos para regresar al plan estratégico, evitando la perdida de esfuerzos, recursos y, sobre todo, del activo más importante que tiene toda campaña, el tiempo.
La disciplina en la ejecución de cada tarea dentro de la campaña permitirá que, del gran caos que tienden a ser estas, puedan funcionar de manera mas o menos armoniosa, buscando que todos los integrantes de la campaña se enfoquen en todo momento en los objetivos planteados.
Por supuesto para lograr lo hasta acá descrito, todo, absolutamente todo, debe planificarse y presupuestarse para lograr una ejecución magistral que logre, nuevamente los objetivos estratégicos concebidos para la campaña.
Dicho de manera más clara, todas y cada una de las actividades de campaña al ser pensadas y planificadas permitirán detallarlas al máximo y prever todos los imponderables que se pudieran presentar. De esta manera, se minimizan los riesgos de dejar acciones al azar o sin presupuesto, pero sobre todo permitirá tener la seguridad de que la estrategia y los objetivos están alineados.
Parafraseando el título de una novela, pudiéramos decir que, sin método no hay paraíso, y con método las posibilidades de obtener el triunfo son exponenciales.