La realidad es que no se trata de tecnología sino de psicología, de comprender a los electores y entender sus necesidades.
Los medios digitales han democratizado el uso de las estrategias de comunicación. Ahora, los usuarios han entrado en la jugada mediante la creación de contenidos propios, comentarios y críticas que toda la red puede ver y compartir.
Por ello, las estrategias digitales necesariamente deben considerar a los ciudadanos como eje de todas las acciones; caso contrario fracasarán rotundamente.
El número de “compartidos” es un indicador de un contenido exitoso, pues refleja que al usuario le causo tal interés que decidió compartir su experiencia con sus conocidos. Pero, ¿cómo lograr que nuestros contenidos sean exitosos? Hay varios consejos e información para lograrlo:
- Cuando más nos estimule o nos interese algo es más probable que lo compartamos.
- Al ver a otros hacer algo es más probable que lo imitemos.
- Nos gusta la información útil y es más probable que la compartamos para ayudar a los demás.
- Compartimos ideas que están envueltas en una narrativa o historias.
- Las personas comparten lo que les hace ver bien: moneda social.
Dicho lo anterior, también cabe la crítica tanto al modelo tradicional de marketing como a los políticos que lo implementan, o peor aún, a quienes no tienen ni idea.
Hay que hacer menos marketing digital e implementar más ciencias del comportamiento. Hace falta pensar más en contenido que en propaganda.
Mi mejor consejo es que los políticos tengan al elector/ciudadano en el centro y no a su figura. Los ciudadanos están esperando más de las marcas en términos de interacción, y si tu político no lo hace, otro lo hará. Cada vez con más frecuencia vemos políticos como Kumamoto, pequeños pero que hacen de los medios digitales su platillo principal para comunicar. Debemos comprender al ciudadano y construir la estrategia en torno a él.
Los políticos pecan de soberbia piensan que conocen a su elector. Es momento de empezar de cero. Cuando hago listening me gusta empezar con datos cualitativos, conocer cosas sobre las personas. Hay que tener disposición de escuchar y aprender cosas nuevas. Es común que cuando llevas mucho tiempo en esto piensas que conoces a tu elector y no estás dispuesto aprender.
Los consultores políticos tradicionales anclados en el pasado suponen que la única manera de hacer comunicación política es lanzando crear un mensaje y lanzarlo: “Pray and Splash“, pero en realidad se debe hacer más trabajo de listening, intentando comprender cuáles son las necesidades del electorado, personalizar el mensaje e intentar hacerlo casi para cada individuo.
El verdadero reto consiste en pasar de un modelo de comunicación de masas, el de la comunicación política tradicional, a uno de engagement. No puedes hacer que la gente hable de ti de manera espontánea si estas interrumpiéndola todo el tiempo con tal o cual mensaje. Tienes que generar contenido que enganche, experiencias que las hagan querer más.
Existe mucho humo en torno al bigdata político, listening, marketing digital, redes sociales. La realidad es que no se trata de tecnología sino de psicología, de comprender a los electores y entender sus necesidades.