Economía, discurso disruptivo y una estrategia digital intensiva: así se sostiene el liderazgo del presidente libertario tras su primer aniversario.
Javier Milei llegó a la presidencia con una mezcla de escepticismo y curiosidad por parte de los argentinos. Conocido por su retórica disruptiva y su autoproclamada lucha contra "la casta", su estilo descontracturado lo posicionó como una figura única en la política nacional. Hoy, a un año de su gestión, los análisis se centran en responder una pregunta clave: ¿qué sostiene a Milei como líder en un escenario político tan complejo?
Cercanía y autenticidad: el "factor Milei"
Uno de los puntos más destacados de este primer año ha sido su capacidad para mantener una imagen genuina. A pesar de las críticas iniciales que lo tildaban de "impredecible" o "extravagante", Milei ha sabido consolidar su estilo como una ventaja. Su lenguaje directo y cercano sigue resonando entre aquellos sectores que rechazan las formas tradicionales de hacer política.
Con una aprobación que ronda entre el 45% y el 50%, el presidente ha logrado cumplir con las expectativas de quienes apostaron por un cambio radical. La percepción de autenticidad, sumada a su perfil "antistema", lo mantiene como una figura relevante incluso entre quienes no coinciden con todas sus políticas.
La economía como motor de legitimidad política
Si hay un área que ha fortalecido su liderazgo, esa es la economía. En un país que atraviesa recurrentes crisis, los logros en este ámbito son esenciales para sostener la gestión. Durante este primer año, los indicadores muestran una baja en la inflación, la estabilización del dólar y una reducción en el riesgo país.
Sin embargo, no todo es positivo. La preocupación por los bajos salarios comienza a crecer y podría convertirse en un desafío político importante. Si bien la estabilización económica ha sido valorada, el impacto en el bolsillo de los trabajadores será determinante para evaluar su gestión en el mediano plazo.
Estrategia digital: el ecosistema libertario
El éxito de Milei no se limita al plano económico. En el mundo digital, el presidente y su espacio político han demostrado ser altamente efectivos. En plataformas como X, los voceros libertarios acumulan más de 1.800.000 seguidores, una cifra que supera ampliamente a la de sus principales opositores, que apenas alcanzan los 523.000.
Este dominio digital no es casual. Se apoya en un ecosistema de influencers, portales web y perfiles afines que amplifican el mensaje libertario. Además, la inversión publicitaria en Meta (Facebook e Instagram) ha sido constante. En los últimos 30 días, estas cuentas filolibertarias han destinado $45.920.307 a promocionar contenidos.
La estrategia digital no solo difunde logros del gobierno, sino que también apunta a deslegitimar a la oposición, especialmente al gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof, uno de los principales blancos de las críticas.
¿Qué se espera del futuro?
Con un primer año marcado por la estabilización económica y el dominio comunicacional, Milei enfrenta el desafío de mantener este equilibrio. Los bajos salarios y la percepción de desigualdad podrían convertirse en temas más difíciles de abordar en los próximos meses.
Por ahora, su capacidad de adaptarse a las expectativas del electorado y su habilidad para dominar las reglas del juego político-digital parecen ser suficientes para sostener su liderazgo en estos primeros 365 días. Pero, como en toda gestión presidencial, el tiempo y los resultados serán los jueces finales.