Una de las características mas fuertes cuando lo comercial no es igual a lo político, radica en la garantía.
En épocas de elecciones públicas, surgen y se forman nuevos asesores en el tema de marketing político, alguno de ellos cuentan con las herramientas teóricas o vivenciales que les permite tener una opinión respecto al quehacer coyuntural. Otros por el contrario, al leer algún articulo (casi nunca terminan un libro), consideran que todo se resume en vender un producto, o simplemente el hecho de utilizar su sentido común, (algunas veces un poco perdido), para”vender” a su candidato a partir de un buen maquillaje, un buen peinado y la típicas frases políticas en la publicidad referente a prosperidad, el cambio, transparencia, lealtad, se acabo y la corrupción entre otras.
No todas las campañas son iguales, ni todos los candidatos son los mismos, así lleven años tratando de ser elegidos, cada instancia es diferente, cada segmento es variable, y los electores que depositaron un voto en El, ya nos son los mismos de hace años. Se debe tener presente que no todo es seguro y menos los votos, lo único seguro que se puede tener es el voto de uno mismo, porque si la mujer o el esposo amanecen peleando con el candidato, el día de las elecciones, tal vez ni quieran ir a va votar por este.
Si bien, el marketing comercial, ha dado luces o es quien a sustentado inicialmente el ejercicio del marketing político, se debe tener en cuenta que algunos elementos pueden ser similares, pero no se debe dejar de un lado que una persona no es un articulo y que el triunfo de una elección no depende solo de su estética, sino de su carisma, liderazgo, pasado y hasta futuro como sujeto gobernable. Sin embargo, una de las características mas fuertes cuando lo comercial no es igual a lo político, radica en la garantía, si se compra un articulo y no funciona, simplemente se cambia o se exige una reparación de éste en un tiempo determinado, pero si un candidato no funciona ya elegido ¿ A quien le solicito la garantía?
Cuando se piensa en una elección con miras a un marketing más comercial que político, lo primero que se se viene a la cabeza es en invertir más del 60% del presupuesto de la campaña en publicidad, lo cual es uno de los errores mas frecuentes, porque no todo debe girar en torno a ello. Esta comprobado que cuando un transeúnte recibe una publicidad ya sea comercial o política en la calle, esta va directa al bolsillo de quien lo recibe o a una caneca de basura, o si esta muy de buenas termina en la lavadora.
Más allá de un concepto medioambiental, las nuevas formas y estrategias de publicidad deben cambiar, por ello algunas marcas comerciales reparten en las calles volantes con descuento, que es llamativo al transeúnte, pero entonces ¿cuál debe ser mi valor agregado, para que mi papel no lo desechen?. Esta es una de las muchas respuestas que sólo quien sabe que lo comercial no es igual a lo político debe saber subsanar.