El voto de las mujeres

Liderazgo
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Las mujeres ganan elecciones y nadie las voltea a ver. No hablo de las mujeres que compiten, hablo de las mujeres que votan. Durante este primer trimestre la aprobación presidencial está siendo arrastrada hacia abajo por múltiples factores. En la mayoría de las encuestas que se han publicado durante las últimas semanas podemos ver cómo desde noviembre del año pasado al día de hoy la aprobación presidencial se ha caído entre 8 y 9 puntos solamente entre las mujeres (Roy Campos, Enkoll), mientras que entre hombres la caída es de poco menos de 3 puntos.

En términos electorales, nadie está cachando a las mujeres. Están migrando de Morena hacia la indecisión porque nadie las está llamando. Peor, nadie las está volteando a ver. Mario Delgado, Alito Moreno, Marko Cortés, Chucho Zambrano, Dante Delgado, Arturo Escobar, Alberto Anaya, no son capaces de mirar al mundo como lo mira el segmento electoral que puede darles el triunfo en las próximas elecciones. Los hombres no entendemos al mundo igual que las mujeres. Punto. Por eso las mujeres se sienten excluidas del discurso político, porque en los círculos donde se toman las decisiones dentro de los partidos, la participación de las mujeres es marginal. Esto incluye también a la industria alrededor de las elecciones (estrategas, investigadores y demás). Nuestras mesas de trabajo deben ser incluyentes y paritarias. Entiendo, porque me toca vivirlo en carne propia, que esto para los batos es bien difícil, porque implica ceder espacios, implica renunciar a los privilegios de quien se ubica del lado favorecido por la desigualdad.

Quien quiera ganar la elección del 24 tendrá que hablarles a las mujeres. Ojo, no basta con tener una mujer en la boleta, hay que reconocerlas, hablarles, hacer campaña desde sus causas. El ejemplo es la batalla entre Peña Nieto, Josefina y AMLO durante la elección de 2012. El primero tuvo una línea de trabajo específica para mujeres; la segunda un poco menos, pensando que sólo con presentarse como mujer sería suficiente, y el tercero nada. Peña ganó el segmento de las mujeres por más de 8 puntos, mientras que el segmento de los hombres lo ganó por menos de 3.

Si Claudia Sheinbaum quiere el voto de las mujeres, no le basta sólo con presentarse, tiene que trabajarlas, tiene que reconocer sus causas y la deuda del gobierno morenista con ellas. Y no lo está haciendo, ella cree que sí, pero no. Los resultados lo demuestran. En el último corte del documento "El Factor Colosio", de TResearch (tresearch.mx), que mide la intención de voto entre Luis Donaldo y la Jefa de Gobierno, la doctora perdió los mismos 8 puntos que perdió el presi entre las mujeres.

En pasadas entregas he escrito sobre cómo la polarización política ha excluido de su discurso y por lo tanto de su oferta a una parte del electorado, lo llamo el país de la "o": un ecosistema político construido desde la polarización: O Estado o mercado, o igualdad o libertad, o salud o economía, o conmigo o en mi contra. En el tema de mujeres pasa lo mismo. El país de la "o". El presi no puede imaginarse que las necesidades de las mujeres sean distintas que las de los pobres. Morena no puede imaginarse diciendo algo diferente de lo del presi, y las dirigencias de la opo no pueden imaginar un mundo que no conocen, el de las mujeres.

Esto no quiere decir que para ganar elecciones los partidos tienen que convertirse en feministas radicales. Se trata de pensar con la "y". Mujeres y hombres. La palabra clave es la inclusión y tiene que ser de verdad. La inclusión por definición no es "quítate tú para que venga yo", sino "vamos juntos".

Esto va mucho más allá de la próxima elección presidencial, es la disputa del poder durante los próximos diez o quince años. Conforme las mujeres vayan logrando mayores espacios de decisión, tanto en el sector público como en el privado, su fortaleza política, social, económica y electoral será determinante. El presi ya le dio a la opo 4 años de ventaja para conquistar el universo del futuro. Les quedan 2 años. ¿Qué harán con ellos?

Roberto Trad Hasbun

Vía: REFORMA

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