Se puede tener la peor de todas las campañas pero si el político transmite en el mensaje lo que la gente quiere oír, al final ganará.
Más de 100 años de investigación y nadie ha sido capaz de etiquetar un liderazgo estable, permanente en el tiempo y que sea verdadera referencia de la clase política. ¿Imposible? Nada lo es, sin embargo, los diferentes contextos sociales causan o irrumpen las agendas de los líderes o políticos que buscan consolidarse en sus puestos.
La contienda política requiere de gentes fuera de lo común, dispuestas a rodearse de los mejores, de transmitir confianza y de ofrecer oportunidades a los demás, y en especial a su equipo. Al político se le juzga por su voluntad, su compromiso y su lealtad en aquello en lo que ha pregonado. En pocas palabras, la ética y la estética.
El International Speech & Media Trainer Yago De Marta, dio una lección en la XI Cumbre de Conferencias con su ponencia “El Líder Absoluto”, y relató que el eje fundamental de los políticos o líderes es la propia gente. Su frase: “Si no pasa algo, la gente desconecta”, nos dice que un líder es algo más que un político que ocupa la primera escena de poder, bien sea de su partido o de Gobierno.
¿Qué pasos deben seguir para ser un líder? Aquí se aconsejan los siguientes:
Confianza: Un líder tiene que ser capaz de movilizar no sólo a las masas sino a su equipo. La batalla se gana desde casa y para ello quienes trabajen en su campaña electoral deben estar convencidos que su líder es el mejor.
Orador: El político que desea ganar batallas electorales debe hacerlo con un discurso convincente y bien estructurado. Su puesta en escena tiene que ser implacable ante los opositores. Su lenguaje, su estilo y su mensaje te hacen ganar e incluso perder.
Ejemplaridad: Un líder jamás debe comportarse como un jefe. El líder tiene que ser el primero en dar el paso, cuidar mucho su conducta y su actitud ante los demás. Lo que haga repercutirá en el resto de compañeros de campaña.
Educador: A un líder no es necesario que se le recuerde que debe manejar un equipo. Él mismo tiene las aptitudes necesarias para ayudar, explicar o fomentar los valores de su partido y proyecto.
Inspirador: El político que asume el poder de una organización o encabeza un proyecto político se tiene que convertir en el espejo de los demás. Aquél que logre ser una referencia o un ejemplo a seguir, será un excelente líder.
Flexible: Un líder que quiera mantenerse en el poder tiene que saber adaptarse ante los cambios, ser flexible y empático. Los contextos socioeconómicos irrumpen y obligan modificar hojas de ruta. El líder debe entender esos cambios.
Comprometido: Los líderes actuales provocaron una ruptura de confianza con sus electores. La desafección es el peor enemigo de la democracia y es por ello que el líder tiene que comprometerse y ser fiel a la Administración y a sus ciudadanos.
Estética: Los liderazgos políticos se consolidan si el político en cuestión cumple con lo prometido. La ética ya no es suficiente en los tiempos modernos. Los cargos públicos están obligados a cuidar mucho con lo que dicen y lo que hacen.
Valiente: En los tiempos de conflicto, crisis, desafección… el líder es más necesario que nunca. Un político tiene que ser proactivo y tener la fortaleza mental de que su proyecto es el más adecuado para generar bienestar entre la sociedad.
Liderar: La última engloba a las anteriores y a otras muchas más. Liderar significa gobernar para todos y: convencer, transmitir, persuadir, escuchar, cumplir, favorecer, ilusionar, construir, entregar, aportar, conocer, explorar, pactar, comprender…