En estos tiempos convulsos las campañas electorales se han vuelto más complejas y desafiantes, sin embargo, muchos candidatos siguen anclados en el pasado, pensando que, haciendo lo mismo de siempre tendrán buenos resultados.
En aras de contribuir para que los líderes políticos, en especial los que enfrentan candidaturas electorales asuman perspectivas distintas a las tradicionales, fundamentalmente, adaptadas a esta nueva Era, y en consideración al cumplimiento del anhelo de alcanzar el objetivo estratégico, y en este caso, planteamos que ese objetivo es ganar, por ello que planteamos algunas claves para lograr una campaña electoral exitosa.
Así que definido el objetivo -ganar la elección- toda campaña electoral debe enfocarse en obtener la mayor cantidad de votos posibles que permita a un candidato o partido ganar la elección. Esto se logra, por una parte, segmentado el electorado, buscando establecer el nicho específico que mas cerca puede estar de la propuesta que plantea el candidato o partido, por lo que habrá que estructurar las tácticas necesarias para lograr movilizar el potencial electorado, adicionalmente, intentar desmotivar e incluso desmovilizar el votante del adversario.
Partiendo del punto anterior más la información de calidad proporcionada por las herramientas de investigación social, se podrá desarrollar la estrategia, con lo cual vale recordar la expresión de una publicitas colombiana, -Socorro Jaramillo- quien dice que:” Una campaña sin estrategia, es tragedia”, fuente del título de esta columna.
Por otra parte, en el esquema del pasado se le endosaba el liderazgo de la campaña al candidato o candidata; hoy no es así, hoy el verdadero liderazgo en una campaña electoral lo ejerce el jefe, gerente o coordinador de la campaña, por medio de un equipo de profesionales dedicado a realizar cada una de las acciones propias de la campaña electoral.
Lo anterior implica que la organización la conforman un conjunto de equipos que responden al comando de campaña, organizados y estructurados para cumplir la estrategia previamente diseñada, así como las tácticas para su implementación. Cada equipo debe tener unas metas y responsabilidades que cumplir, y si bien son diversos los equipos que operan al mismo tiempo, cada uno en su área responde a una sola estrategia.
Otro factor fundamental en una campaña es el tiempo, único recurso no renovable y siempre finito en una campaña, razón por la cual comenzar con la prudente antelación garantiza prepararse con anticipación, estudiando y realizando el proceso de investigación, permitiendo no solo visualizar la estrategia, sino, la planificación y la búsqueda de los recursos necesarios. Igualmente ayuda a conformar y entrenar los equipos para que todo este a tono para arrancar cuando los lapsos legales de campaña así lo permitan. La organización ayuda no solo a ahorrar tiempo y dinero, sino a ir delante de los acontecimientos probables.
El territorio, el espacio o lugar donde se desarrollará la campaña y se centrarán los esfuerzos. Importante conocer las características del territorio y de sus ciudadanos, su historia, economía, movilidad social, usos y costumbres, culturas, entre otros elementos, es fundamental en cualquier campaña.
Adicionalmente y dada la complejidad que han adquirido las campañas electorales actuales, es lógico que cuenten con asesores que se pongan la camiseta, la suden con el candidato o candidata y su equipo; pero, importante, el asesor debe conservar su independencia, hecho que le permite no contaminarse por las realidades particulares o las agendas personales de los integrantes del equipo.
Debido a la complejidad que se mencionó y dependiendo del tamaño de la campaña, se hace necesario en muchas campañas contar con la participación de asesores especialistas por áreas. Usualmente hay un consultor general que coordina a todos los demás asesores por áreas, y con ello se facilita el acople al equipo local.
En resumen, en estos tiempos convulsos es fundamental tener un objetivo claro, un liderazgo fuerte, una organización eficiente, una gestión efectiva del tiempo, un uso estratégico del espacio para llevar a cabo una campaña electoral exitosa, y tener la mente abierta para recibir la asesoría de profesionales experimentados que colaborarán en hacer exponencial las posibilidades de triunfo, y sin dudas, tener una estrategia, para evitar la tragedia.