Veinte razones por las que se pierden las elecciones

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Los próximos 2 años (2021 y 2022) serán muy interesantes para América Latina electoralmente hablando, Perú, Ecuador, Honduras, El Salvador, México, Colombia, Venezuela, entre otros países, tendrán algún tipo de proceso electoral, se darán cita con la democracia para elegir nuevos gobiernos y cuerpos colegiados.

En la antesala de cualquier elección los partidos políticos, los candidatos y los equipos de campaña enfilan todo su arsenal de herramientas con el fin de seducir a la mayor parte del electorado vigente. Pero ¿Por qué hay campañas a las que les va mejor que a otras?

Aunque el objetivo de la mayoría de campañas es el mismo – ganar – no todas cuentan con resultados satisfactorios, toda vez que la falta de planeación, el gasto desmesurado y la improvisación parece ser el derrotero de las mismas. Si a todo lo anterior, le sumamos la omisión de acompañarse de verdaderos especialistas en la materia, los resultados siempre serán adversos y la derrota será una inminente realidad.

A continuación, exponemos 20 razones que responden el interrogante: ¿Por qué se pierden las elecciones?

1. Porque no hay estrategia. Sin duda alguna la estrategia siempre será el corazón de un proceso electoral. No obstante, muchos candidatos aún consideran que la estrategia política se resume en el trabajo publicitario y/o en el plan de medios, razón por la cual nunca suelen desarrollar procesos de investigación electoral ni de contratar consultores políticos que coadyuven a construir una campaña ganadora.

La estrategia es la columna vertebral de la campaña, define el objetivo, el mensaje, las tácticas, las herramientas y el segmento del electorado que se pretende impactar.

Antes del trabajo de campo se debe realizar un verdadero trabajo de investigación para no especular. No se debe afrontar una campaña electoral sin estrategia, sería igual que navegar sin rumbo. La estrategia es la vida de la campaña política, un proceso electoral sin ella, está condenando al fracaso.

2. Porque no hay asesores. En concordancia con el punto anterior, se debe resaltar que uno de los errores más comunes que se comete al interior de las campañas políticas, es delegar en familiares o en amigos sin experiencia, la administración de los procesos más importantes.

La mayoría de candidatos confunden su experiencia política, con el bagaje que debe tenerse al momento de dirigir una campaña electoral. Un gran error que se comete por parte de los aspirantes es encargarse ellos mismos de su campaña o rodearse de amigos y familiares para dirigir un proceso electoral, colocar en manos inexpertas la dirección de una campaña puede traer consigo resultados adversos.

3. Porque no se conoce al elector. Las campañas que no conocen su target, les es bien difícil generar un mensaje que conmueva al elector, se deben centrar esfuerzos por conocer las emociones, necesidades y expectativas del votante, quienes son, donde se encuentran, sin son hombres o mujeres, jóvenes o viejos, su status económico, social y educativo, no centrar esfuerzos por conocer las emociones, necesidades y expectativas del elector es construir el camino hacia el fracaso.

4. Porque aún se trabaja bajo la intuición. Concentrar todos los esfuerzos en el elemento intuitivo (feeling) y no en el estratégico es un comportamiento reiterado en muchas campañas. Se cae en un gran error, al pensar que contratar una agencia de publicidad para el desarrollo de la imagen y el concepto de campaña, es utilizar marketing político.

Cualquier presupuesto que se destine en investigar las características y el comportamiento del electorado será insuficiente, algo que las campañas y los candidatos políticos aún no han entendido. Apoyarse solo en la publicidad es muy común en las campañas, si bien la publicidad es un elemento importante dentro de la campaña, no es el único.

Porque se depende del voto duro. No hay algo más errado y peligroso para una campaña que centrar su confianza en el voto duro. Anteriormente los partidos tenían una base lo suficientemente sólida que podía brindar una victoria electoral; no obstante, el paradigma ha cambiado y actualmente nos encontramos con un elector más volátil que se mueve entorno a sus emociones y necesidades, por esta razón, es que ninguna elección se gana contando solo con la base electoral del partido.

El voto duro se debe comprometer desde el principio de la campaña, sin embargo, tratar de conquistar otros territorios y asegurar nuevos electores debe ser una actitud que se asuma durante todo el proceso electoral. Depender solamente del voto duro conlleva a perder en las urnas, si no tratas de conquistar nuevos electores todos los días, otros candidatos si lo harán por ti.

5. Porque hay candidatos “sábelo todo”. Candidatos que no se asesoran, que son toderos, que no se preparan, que hablan sin estadísticas y que improvisan en el debate, son el común denominador de las malas campañas. Cuando un candidato o jefe de campaña tienen la convicción que lo saben todo, es cuando más vulnerables son.

6. Porque no se estudia al adversario. Debemos conocer al adversario mejor de lo que nos conocemos a sí mismos. Si no sabemos a quién nos enfrentamos, nunca sabremos qué tan probable es ganar o perder. Tener certeza sobre las debilidades o fortalezas de nuestro rival conlleva a ser más eficaces al momento de abordar una táctica de ataque, a veces es más valioso restar votos al contendor que sumar al candidato propio.

7. Porque no hay conexión emocional con el elector. El 85% de la decisión del votante, obedece a las emociones que lo inducen a votar. Tocar la fibra emotiva del ciudadano nos conducirá determinantemente a sacar ventaja sobre las demás campañas, dale a tus votantes una causa y ellos te devolverán un voto.

8. Porque no se utiliza tecnología. Utilizar los medios offline y las plataformas online simultáneamente durante el desarrollo de la campaña, aumenta la probabilidad de conquistar nuevos electores. La oportunidad que brinda la tecnología de tener una constante interacción con millones de votantes, no se puede dilapidar, toda vez que permite contar con un segmento poblacional más grande, fue así como Kennedy utilizó a su favor la televisión, Obama el internet y Trump las redes sociales.

Sin embargo, la tecnología no puede ser administradas por personas sin experiencia. Encargar de las redes sociales a la asistente personal, al jefe de agenda, al periodista o al publicista es un grave error. La estrategia de social media debe ser gestionada por expertos (Estratega digital).

9. Porque se baila la música de los rivales. Bailar la música que toque el adversario es un error garrafal. Se debe evitar al máximo caer en las provocaciones o trampas utilizadas por las campañas rivales, la estrategia de ataque debe evadirse, no se puede permitir que el oponente proponga la agenda, los temas y el ritmo de la contienda.

10. Porque no se capacita al comando de campaña. Salir al campo de batalla con un ejército sin entrenamiento, es condenarse a la derrota. Un equipo capacitado brinda la certeza que las labores serán desarrolladas adecuadamente.

11. Porque se hace lo mismo de campañas anteriores. Cada campaña y candidato tienen elementos únicos, que, si bien pueden servir en determinado momento de referencia, el contexto en cada elección no siempre es el mismo.

12. Porque no se segmenta la campaña. Generalizar al electorado es un error muy común, cuando no se tiene clara la estrategia y no se utiliza una metodología de segmentación. Las campañas que son generales en su propuesta programática y en su desarrollo metodológico son campañas dirigidas a nadie.

13. Porque no se tiene un equipo de campaña competente. Uno de los errores más certeros para una campaña política, es delegar en familiares o en amigos sin experiencia, la administración o las tareas más importantes de la misma. Encargar de la estrategia digital al sobrino (sobrinity manager), tener como asistente personal a la hermana y delegar la agenda en un amigo, es más común de lo que se cree.

14. Porque se confía en las encuestas. Si bien el resultado de las encuestas es un factor a tener en cuenta, no se debe confiar plenamente en su resultado, toda vez que puede conllevar a tomar decisiones poco acertadas e inclusive a bajar la guardia; el Brexit en UK, el Plebiscito en Colombia y las elecciones Presidenciales en EEUU son ejemplo de ello.

15. Porque no se hace un presupuesto real. Un error muy reiterativo en la mayoría de campañas se presenta a la hora de elaborar el presupuesto. Al igual que un vestido, cada campaña debe elaborar su presupuesto en virtud de las prioridades que se definan para no dilapidar los escasos recursos que se tienen, la tendencia siempre será construirlo de la misma forma en que transcurre la campaña y no de forma invertida, como es realmente que debe planearse.

16. Porque se divide la fuerza en varias campañas. Como se dijo anteriormente, el voto duro no es suficiente para asegurar la victoria y mucho menos si la base electoral del partido está dividida, concentrando su potencial en diferentes candidatos.

17. Porque no se descansa lo suficiente. Un candidato cansado comete muchos errores, se tiene una falsa concepción de que un candidato eficiente es el que pasa el mayor número de horas trabajando. Por el contrario, un candidato agotado pierde agilidad, claridad y está propenso a enfermarse.

18. Porque no están en el terreno. Todos los spines doctors recomiendan utilizar los medios offline y online simultáneamente durante el desarrollo del proceso electoral. La campaña en tierra es igual de importante que la mediática, candidato que no está en el terreno pierde opciones diarias de ganar las justas electorales.

19. Porque no estudian y no saben comunicar. Candidatos que titubean, hablan sin estadísticas, improvisan cuando afrontan un debate, exponen largo y enredado son el común denominador de las malas campañas. El discurso debe ser breve y concreto, utilizar un lenguaje cotidiano, práctico y sencillo. Además, el mensaje debe estar enfocado a la clase de auditorio que se tiene, un candidato que expone con vehemencia y profundiza en cada uno de los temas que plantea, genera credibilidad y aceptación.

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