La crisis comunicativa es una situación que se sale del orden previsto y emerge de manera inesperada, urgente y dañina para la legitimidad y gobernabilidad de un gobierno.
Sin embargo, existe un factor determinante en todo proceso de crisis, y es que pueden ser previsibles, lo cual se vuelve un elemento medular en el momento de abordar dicha temática, y es parte de la labor del comunicólogo político llegar a marcar el camino adecuado para el entendimiento de un posible escenario de crisis, así como establecer las tácticas para mitigar y afrontar con claridad
Siendo abordado de esa manera el tema de crisis comunicativa, las instituciones gubernamentales se encuentran en un terreno de oportunidad, ya que conocen y, por ende, cuentan con la capacidad de manejar la situación para minimizar el impacto de la crisis, e inclusive encaminar la misma a un área de oportunidad.
Es claro que estas situaciones traen con consigo un enorme costo político y financiero a la institución, al menos para ejemplificar este punto es válido hacer uso del cuadro de Fombrum y Van Riel que recoge las principales crisis de los años 90 y las consecuencias financieras de cada una de ellas, las cuales tuvieron que afrontar procesos comunicativos internos y externos.
Ahora bien, para poder hacer una adecuada gestión de una crisis es primordial tener identificado el tipo de acontecimiento que se está suscitando y responder a unos de los principales cuestionamientos para un profesional de la comunicación política:
- ¿Qué tipo de crisis pueden llegar a afectarnos como gobierno?
- ¿Cuál se está gestando y poniendo en peligro nuestro ejercicio de gobierno?