Reino Unido: medidas mal comunicadas ponen en jaque a Liz Truss

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El bipartidismo inglés parece pasar horas difíciles, con los Laboristas rozando el 60% de intención de voto y con su líder Keir Starmer al que los mercados y el establishment ya tratan casi de Primer Ministro. Los Conservadores no logran repuntar, a los horrores de Boris Johnson durante su gobierno se le sumó un número altísimo de errores de comunicación de Liz Truss que dejan a los Conservadores muy cerca de ser tercera fuerza en las encuestas.

Como en los 90’ con la victoria de Tony Blair, ahora ha llegado de nuevo el momento del Laborismo”, aseguro Starmer ante miles de militantes que asistieron a principios de octubre al congreso nacional del Partido en Liverpool, las principales encuestas le dan la razón y marcan que tras la muerte de la Reina Isabel se aceleró un proceso de recambio político. Según las encuestas más de la mitad de los británicos entienden que Reino Unido necesita un liderazgo fuerte que ni el Rey Carlos III ni tampoco la Premier Liz Truss muestran, en ese sondeo se afirma que el 55% de los británicos coincide que es el momento de que el Laborista Keir Starmer sea Primer Ministro.

Hasta su último día como Primer Ministro Boris Johnson mantenía un 35% de intención de voto, los Laboristas estaban en el 40%.  Desde la salida del excéntrico ex Primer Ministro esa tendencia desapareció, los Conservadores parecen llegar a su piso histórico del 20%, mientras que los Laboristas siguen sin poder creer el resultado de las encuestas que los ubica con más de 60% de intención de voto. Con el diario del lunes se observa una mala lectura política por parte de los Conservadores, el problema no era sólo Boris Johnson.

Los analistas hoy plantean que Boris Johnson atraía a un sector moderado de la sociedad hacia los Conservadores, debido entre otras cosas a su particular personalidad, mientras Liz Truss, quien intenta mostrar un discurso similar al de Margaret Tatcher parece no favorecer y espantar a los votantes moderados.

Este extraño momento político se da después de años difíciles para los Laboristas, donde el ex líder  Jeremy Corbyn llevó al partido hacia un socialismo extremo , en 2020 el por entonces líder fue removido de su cargo y Keir Starmer, quien los medios de comunicación denominan como “el nuevo Tony Blair“  logró imponerse en la interna , con un discurso de centro y más socialdemócrata que laborista , algo con lo que todavía hoy Corbyn lo ataca internamente , acusándolo a Starmer de no ser laborista sino un “tibio” socialdemócrata.

Truss comenzó con el pie izquierdo su gobierno, no solamente por la repentina muerte de la Reina Isabel II, sino también por la repercusión negativa que tuvo el anuncio de una fuerte rebaja de impuestos a las clases más altas, buscando así según Truss  promover el crecimiento económico , esta medida fue según los Conservadores malinterpretada por la sociedad la cual entendió que la Primer Ministra responsabilizaba de la crisis tanto a la clase media como a la baja y que por eso decidía bajar impuestos a los más privilegiados.

La Primer Ministra Truss tuvo que retractarse y todavía hoy el error de comunicación le está costando caro en las encuestas, el mismo ministro de Hacienda británico tuvo que dar marcha atrás con la mayoría de las rebajas fiscales que prometió Truss, para no aumentar el malestar social. Según una encuesta de Bloomberg, sólo un 22% de los encuestados está a favor de las relajaciones impositivas a las clases más adineradas para promover el crecimiento económico y más de la mitad de los encuestados responsabiliza al Partido Conservador de la crisis, mientras que sólo un 24% considera que la crisis es fruto del panorama global. Con gran parte de la clase media británica enojada con los Conservadores por el comportamiento de Boris Johnson durante la pandemia, ahora se le suma un sector fuerte de la clase obrera que rechaza el plan de ajuste de Liz Truss. 

Los Conservadores gobiernan Reino Unido desde 2010 ininterrumpidamente, aunque desde que llegaron a principio de la década pasada a Downing Street su poder lentamente se fue licuando, perdieron las principales alcaldías del país en manos de los Laboristas, mientras que su dominio en los gobiernos regionales es casi nulo, hoy a nivel regional y municipal gran parte del país está pintada del rojo del Partido Laborista.

Desde el Partido Conservador le han pedido a Liz Truss que lo más temprano posible convoque a elecciones generales,  guiándose por  los sondeos hoy los Conservadores creen que en caso de convocar a elecciones perderían por una gran diferencia pero mantendrían el segundo lugar, algo que no tienen asegurado si éstas se convocan para el 2024 como indica la Constitución.

El líder laborista Keir Starmer se encuentra en una constante exposición,  últimamente tiene más repercusión en la economía sus palabras y sus afirmaciones que las medidas que toma la Primer Ministra, además el pedido de reuniones privadas por parte de inversores al laborista se han multiplicado en los últimos meses según afirma el partido.

"Estamos muy, muy lejos del Gobierno y tenemos unas reglas fiscales claras. Somos el partido de la responsabilidad fiscal, mientras que el Gobierno ha perdido el control de la economía" dijo refiriéndose al déficit fiscal que es uno de los datos que más preocupa al mercado.

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