Hoy resulta prácticamente imposible para cualquier actor político obtener, ejercer, mantener o influir en el poder sin el uso de la comunicación política.
Las crecientes transformaciones que ha sufrido la sociedad en el último siglo, la emergencia de novedosos e influyentes medios de información, así como la incorporación de revolucionaria tecnología en el campo comunicativo aplicadas en la política y los cambios en los regímenes democráticos del mundo, han hecho de la comunicación política un campo fértil de estudio y han puesto mayores reflectores en ella.
Al sumarse los medios de información al ámbito político, se tiene una disputa día a día por establecer la agenda de temas a tratar, ocasionando una relación entre diversos actores cada vez más dinámica y llena de intereses.
Además, los propietarios de los medios de información masiva, los periodistas y los propios políticos han jugado varios roles. Hoy los dueños de medios de información y los mismos periodistas han pasado de testigos y narradores de la realidad política a ser actores de la misma. Mientras que los políticos se han apropiado de las diversas técnicas de comunicación e incorporado a sus equipos de trabajo expertos en imagen y publicidad.
Hoy resulta prácticamente imposible para cualquier actor político obtener, ejercer, mantener o influir en el poder sin el uso de la comunicación política. Además, se debe tener en cuenta que si el político tiene problemas al momento de comunicar, tendrá muchas dificultades para lograr sus propósitos.
En la comunicación la política puede estar ausente, pero sin comunicación toda actividad política se vería sensiblemente limitada respecto de su alcance, trascendencia y posibilidades de éxito.