Crear un acto vivencial potencializará la creación de un recuerdo fijo, por lo que se deben tomar en cuenta que todos los sentidos de los ciudadanos se activen.
El por qué los votantes actúan de cierta manera ha sido un cuestionamiento constante que se ha buscado dar respuesta desde diversos recursos, todos ellos bien fundamentados en perspectivas teóricas y aportando cada uno al campo de Marketing Político.
Recientemente se ha irrumpido hacia la esencia del ser humano: el cerebro, lugar de albergue de las funciones más asombrosas del cuerpo humano, desde el neuromarketing: una disciplina que estudia los procesos cerebrales que explican la conducta y la toma de decisiones de las personas.
Electroencefalogramas, resonancias magnéticas y tomografías son algunas de las herramientas que emplea el neuromarketing en sus investigaciones, donde resultados han mostrado que los ciudadanos eligen por quién votar emocionalmente y las justifican racionalmente, es decir, la mayor parte de las decisiones de voto vienen del corazón del elector; deseos, sentimientos y emociones inconscientes.
Por lo anterior, el neuromarketing político mas que estar en contraposición con el corazón de los electores es un recurso sustancial para saber ¿de qué manera influir en el votante? Una vez conociendo el poder de las emociones al momento de decisión del votante los encargados de desarrollar la estrategia política deben comenzar a poner más atención en elementos como: la imagen y personalidad del candidato político, la música empleada en los eventos públicos, los recursos visuales, ya que todo ello va a crear una experiencia y un recuerdo positivo o negativo en el elector.